Cargando...

Opinión · Otras miradas

Los precios en marzo no han caído; han subido ligeramente y es por culpa de los beneficios empresariales

Publicidad

Los grandes medios siguen confundiendo y desinformando con el tema del IPC: este indicador no ha bajado en marzo de 2023, sino que ha subido ligeramente; mientras que el IPC subyacente (considerado el más importante) no ha subido, sino que ha bajado ligeramente. Esto es así porque los grandes medios suelen utilizar para sus noticias la tasa de variación interanual del IPC (3,3%), que muestra lo que ha cambiado el IPC en un año. Es decir, los precios ahora solamente están un 3,3% por encima de su nivel de hace un año; una diferencia notablemente menor de lo que ocurría hace un mes, cuando se comparaba con un mes anterior a la guerra de Ucrania. Pero esto nos habla del pasado, no del presente. Si queremos saber lo que está ocurriendo recientemente con el IPC hay que mirar la tasa de variación mensual, lo que han cambiado los precios en un mes. Y los precios ahora están un 0,4% por encima de su nivel de febrero de 2023. Es decir, en marzo de 2023 los precios han subido (muy poco, pero han subido).

Click to enlarge
A fallback.

En cualquier caso, esto no quiere decir que nos encontremos en una situación alarmante. El IPC general lleva bastante estable casi un año: desde junio de 2022, hace 10 meses, los precios solamente han subido un 0,7%, y ese incremento se concentra en febrero y marzo de 2023. La estabilidad del IPC se debe sin duda a las políticas aplicadas por el gobierno de coalición para combatir la inflación: el tope al gas de la Excepción Ibérica, el descuento en los combustibles, la reducción del IVA al gas, electricidad y alimentos básicos, y el abaratamiento del transporte público.

Y aunque en los dos últimos meses el IPC haya vuelto a repuntar, el incremento mensual de marzo no es intenso ni preocupante: está muy por debajo del registrado en los peores meses de 2022, e incluso por debajo del pasado mes de febrero, aunque claramente señala que seguimos teniendo un problema con los precios. ¿De qué productos?

Publicidad

Pues el problema no está en los productos considerados más estables, los que recoge el IPC subyacente, porque este indicador ha bajado un 0,1% en marzo con respecto a febrero. Los grandes medios alarman dando la cifra del 7,5%, pero esa es una tasa interanual, nos habla del pasado. En el gráfico siguiente se puede apreciar esto claramente: el IPC subyacente está un 7,5% por encima de su nivel de hace un año; pero esto ya lo sabíamos; los precios de los productos más estables comenzaron a subir hace menos de un año, concretamente en abril y en octubre de 2022. Esto es así porque el IPC subyacente va con retraso: cuando se dispararon los costes de la energía en febrero y marzo de 2022 las empresas no los trasladaron inmediatamente a sus precios finales por si se trataba de un efecto puntual y para no ahuyentar a la clientela, pero una vez pasaron unos meses no tuvieron más remedio que sucumbir para no perder margen de beneficio. La realidad es que la inflación subyacente lleva cuatro meses bastante estable, lo que es sin duda una muy buena noticia (que contrasta fuertemente con los titulares de muchos grandes medios que buscan alarmar a la gente utilizando la tasa interanual).

Los productos que deja fuera el IPC subyacente son los energéticos y los alimentos no elaborados. Veamos qué ha pasado con ellos. El diésel se ha abaratado este mes, pero la gasolina se ha encarecido muy ligeramente. En cambio, la luz se ha abaratado sustancialmente este último mes, ya que ha hecho menos frío que en febrero (por lo que se ha demandado menos energía para calefacción) y hemos podido utilizar más renovables (más viento y sol). Por lo tanto, si el IPC subyacente ha bajado y los productos energéticos no son los culpables de que el IPC general haya aumentado en marzo, sólo queda un sospechoso: los alimentos no elaborados. Y, en efecto, estos productos siguen encareciéndose, por encima de la media europea.

Publicidad

Y por último: si sabemos que los precios internacionales de los alimentos en origen ya están estabilizados y bajando, ¿por qué siguen siendo más altos cuando llegan al consumidor? La respuesta sólo la podemos encontrar en los beneficios de las empresas. Y esto es un secreto a voces que revelan todos los datos y que ya reconoce el Banco de España e incluso el Banco Central Europeo: actualmente la inflación se explica porque las empresas están incrementando sus márgenes empresariales. A diferencia del factor que apuntan todos los manuales convencionales de economía como culpable de la inflación de segunda ronda y que tanto temen los gobernantes, que son los salarios, la realidad es que lo que ahora está empujando la inflación al alza son los beneficios empresariales. Por eso urge actuar desde las autoridades para controlar dichas prácticas avariciosas y responsables e impedir así que las empresas se lucren a costa del empobrecimiento de la clase trabajadora; y un control de precios en los alimentos básicos sería, sin duda, la mejor herramienta con la que empezar.

Publicidad

Publicidad