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Opinión · Otras miradas

Ayuso, las ganas y el entusiasmo

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La presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección, Isabel Díaz Ayuso, durante el acto de apertura de campaña del PP de Madrid, en la Plaza Felipe II de la capital, en el barrio de Goya, a 11 de mayo de 2023, en Madrid (España). Foto: Jesús Hellín / Europa Press

En las elecciones de 2021, Isabel Díaz Ayuso presentó el que, en mi opinión, es uno de los mejores vídeos de campaña de nuestra historia política reciente. En él, se podía ver a la presidenta de la Comunidad de Madrid corriendo con una mascarilla con el símbolo de la Comunidad de Madrid, pasando por bares y comercios abiertos hasta llegar a la Puerta del Sol, dónde se detenía delante del edificio sede del gobierno y miraba a cámara. En ese momento aparecía el siguiente mensaje "Isabel Díaz Ayuso" y debajo "Libertad". Y nada más.

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Era un vídeo prácticamente perfecto en el que no había que decir nada más para explicar todo un proyecto político y en el que se unía la idea de libertad a una práctica cotidiana de los más extendida y que era un signo de vitalidad de la ciudad.

Hace apenas unos días Isabel Díaz Ayuso volvió a presentar su vídeo de campaña para las elecciones autonómicas. El vídeo, que se orienta en torno al concepto de las ganas, juega a lo contrario que aquel de 2021.

Si el de 2021 estaba completamente vacío de elementos y toda la idea quedaba definida en un concepto sencillo y una palabra, este de 2023 funciona exactamente al revés.

Comparar los dos vídeos no es raro porque este vídeo se entiende como continuidad directa de aquel. Empieza donde aquel acababa con un plano muy similar. Los primeros planos remiten a ese de Ayuso corriendo, pero el elemento diferencial es que donde en el primero había, sobre todo, silencio, en este hay una canción. Y el vídeo va, básicamente, de poner a todo el mundo a cantar la canción. Del dominio de la totalidad.

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Los primeros a los que la canción apela y pone a bailar son a un grupo de jóvenes, los siguientes que acompañan la canción son un grupo de personas que prueban vino. En tercer lugar un chico que hace alpinismo y luego un grupo de mujeres a punto de tirarse a una piscina. Posteriormente un joven latino mira a cámara y dice "Gana Madrid" y después tres personas de uniforme marrón, insisten en la canción. En ese momento llega uno de mis detalles favoritos del vídeo. Un equipo de cámara y reportera están entrevistando a una señora mayor y el redactor (o quizás sea una representación de alguien que está en el estudio presentando un informativo, porque la cosa tiene cierto grado de abstracción) también canturrea la canción.

No es nada habitual que un vídeo electoral incorpore entre las personas que están a favor del candidato a los medios de comunicación. Se entiende que hay un pacto tácito por el cual hay ciertos sujetos (imaginemos a un juez, por ejemplo, en el vídeo) que debido a su función de control social quedan fuera de estas cosas, pero el vídeo lo incluye y por supuesto lo hace conscientemente. Dominio total del espacio y dominio total de la comunicación.

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De ahí nos vamos a un grupo de niños y niñas pequeños que se cruzan con la propia Ayuso, lo cual da lugar a un plano corto de ella volviendo a mirar a esa nueva generación que ya canta su canción. Hay varios planos de varios grupos de niños pequeños, con sus padres, con el uniforme del colegio (sí, así es) y con unos juguetes: un avión de madera, una raqueta de paddle y algo que podría ser un cuaderno o quizás la funda de una tablet.

En ese momento Isabel Díaz Ayuso pasa a caminar por la Plaza Mayor y se encuentra a una vendedora de barquillo vestida de Chulapa que por supuesto también canta la canción y a partir de ahí viene un montaje de diferentes lugares y personas que ya han salido antes.

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Ayuso llega finalmente al grupo de chicos jóvenes del principio, hace un baile y termina por hacer un gesto con la mano que podríamos denominar: "El de A favor". También el que hacía el Cesar cuando te perdonaba la vida, pero en este contexto es más alegre y entusiasta.

Huelga decir que todo el mundo está contentísimo. Normal. Sino por qué se iban a poner a cantar. Los musicales son de estar muy contento. Salvo los de Lars Von Trier.

¿Habéis visto Pearl? Dirigida por Ti West y protagonizada por Mia Goth. Una de las mejores películas del año pasado. Pearl va de una chica que lo único que quiere es triunfar y ser una estrella canturreante y de la pobre gente que tiene a bien decirle que tal cosa no es posible. No sé por qué me he acordado de pronto.

Lo que me parece más interesante del vídeo de Ayuso, más allá de las apelaciones demográficas (jóvenes, familias, latinos) es la sensación de irrealidad. Es un vídeo que se separa de aquel de 2021 y no busca el realismo en sus imágenes, son casi abstracciones conceptuales, casi como un render. Las transiciones entre los escenarios agudizan esa sensación de irrealidad y la ausencia de lugares reconocibles de la comunidad (salvo al inicio la Plaza Mayor), ni siquiera Madrid Rio, que repite también como lo hacía en 2021, esta rodado para que sepas que es Madrid Rio, algo que estaba muy buscado en el spot de 2021. No. Aquí estamos en un universo menos realista, más abstracto y, quizás, aspiracional.

La representación de una realidad alegre, feliz, sin problemas aparentes y donde lo único que tiene valor es el entusiasmo. Es casi más importante el entusiasmo que el esfuerzo, lo cual es curioso porque "cultura del esfuerzo" es uno de los conceptos que la propia Ayuso ha puesto en circulación esta campaña. No hay ningún momento en el vídeo que te lleve a pensar que existe algo más aparte de lo que vemos. No hay otros partidos, no hay una posición que discute con otras. No hay nada.

El dominio de la totalidad a través del entusiasmo.

Pues eso será.

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