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Opinión · Otras miradas

Continuidad del Ateneo

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Carlos París

La realización de la democracia requiere el desarrollo y potenciamiento de una vigorosa sociedad civil. En la cual, la ciudadanía, en lugar de permanecer inerte,  enfrente activa, sensible y creativamente los problemas del mudo en que vive y aporte sus reflexiones e iniciativas tanto al conjunto de la colectividad como a los poderes políticos. Los cuales deben atender a dicho enriquecimiento, si no quieren caer en lo que Marx calificaba como “cretinismo parlamentario”. En la deformación de aquellos políticos  que no ven más allá de los muros que confinan su encerrado ámbito. Y, a tal imprescindible función, responden  entidades tales como Los Ateneos, las Sociedades Económicas de Amigos del País, diversas Academias, Colegios Profesionales, Sindicaos y movimientos sociales. Constituyen un elemento vivificador de la política, al introducir en ella la experiencia más directa de la realidad social.

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Pero, también e inversamente, semejantes creaciones surgidas de la espontaneidad colectiva han de preocuparse por incidir en la política. Sería un error pretender permanecer al margen de ella, como pensaba Giner de los Ríos, cuando, depositando sus esperanzas de futuro sólo en la educación y la ciencia,  expresaba su desdén por la “fe supersticiosa en la Gaceta”, que era el término con que, en su tiempo, se conocía al “Boletín Oficial del Estado” de nuestros días.  En esta línea,   entre el mundo de la política en el alcance mas estrictamente reducido del concepto y las organizaciones levantadas por la sociedad civil debe darse una colaboración, una sinergia interactiva, una verdadera ósmosis en términos biológicos.

Y, en tal  sentido, el Ateneo Científico Literario y Artístico de Madrid ha cumplido una función modélica. No sólo ha sido un laboratorio de ideas, sino un ámbito de acogida y lanzamiento de la actividad política. Desde su fundación ha representado un importante foro de debate, en libertad, entre diversas ideologías. Ha sido presidido por figuras tan destacadas como Canovas y Azaña. Y, al recordar a esta última, tan ilustre figura, no podemos olvidar el papel que jugó la “Docta Casa” en la gestación y desarrollo dela II República.

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En los actuales momentos, el Ateneo, en su esfuerzo por llevar a cabo tales funciones, se está viendo obligado a enfrentar las consecuencias de la  intensa crisis económica, que golpea a todo el mundo de la cultura y, muy gravemente, a las clases populares, en ocasiones trágicamente, con la reducción y deterioro de los puestos de trabajo, los recortes de la sanidad y la educación. El funcionamiento de la Docta Casa se ha mantenido, tradicionalmente, mediante subvenciones públicas, ya que las cuotas de los socios no son capaces de cubrir la amplitud de gastos que tal funcionamiento implica. La actual Junta de Gobierno había conseguido ampliar las subvenciones en los dos cursos anteriores, pero en los últimos Presupuestos han sido eliminadas, a pesar de los esfuerzos realizados por dicha Junta para mantenerlas. Incluso la subvención correspondiente al Ayuntamiento, aprobada e incluida en su Presupuesto del pasado año, no se ha hecho efectiva. Y, a ello, hay que añadir la pérdida de socios que, dificultados por sus personales mermas económicas, no pueden mantener las cuotas, pues la nuestra no es una sociedad de gentes económicamente poderosas.

Semejante situación fue aprovechada, malintencionadamente, para difundir rumores sobre la quiebra y cierre del Ateneo. Nada más lejos de la realidad. La actual Junta directiva, con el apoyo mayoritario de los socios, está consiguiendo sacar adelante nuestra economía y, no sólo mantener, sino incrementar nuestras actividades. Al efecto, se elaboró un Plan de Viabilidad que fue refrendado en votación, mayoritariamente,  por los miembros de nuestra sociedad.  Se firmó un ERTE, con el más pleno acuerdo de los trabajadores y trabajadoras de la casa. Y se pudo levantar  el Preconcurso de Acreedores, que había declarado la Junta de Gobierno, en evitación de posibles problemas inmediatos. Gracias a tales medidas y a la rentabilidad de los espacios abiertos en cursos anteriores, se ha mantenido una suficiencia de ingresos y la realización de ochenta actos mensuales, algunos de ellos. seguidos masivamente.

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En esta política. hemos tenido que salvar no solo las difíciles circunstancias objetivas, sino  la oposición de un insólito enemigo interior: Constituido por un reducido grupo de socios que antepone sus ansias de hacerse con el poder,  al interés del Ateneo. En lugar de trabajar, solidariamente, para superar las dificultades, han difundido rumores sobre una quiebra  y un cierre de la Docta Casa. Han tratado de boicotear actos como la subasta de obras de arte, donadas por muy ilustres creadores, solidarios con la labor del Ateneo. Se han esforzado por caotizar las Juntas Generales de Socios, interviniendo sin respetar el uso de la palabra, levantando ruidosos  griteríos que desprestigian a dicha actividad. Y han tratado de crear malestar   en el personal laboral.

El próximo treinta de este mes va a significar una fecha decisiva en el inmediato futuro de nuestra Institución. Se celebrarán  elecciones, en que se han de elegir los puestos de la mitad de la Junta Directiva, a saber: los de Presidente, Vicepresidente Segundo, Vocal Segundo, Socio Bibliotecario, Depositario y Secretario Primero. Y, con intención de cubrirlos, se presentan tras candidatura. La que lleva el nombre de “Convergencia Carlos París”, que tengo el honor de encabezar,  se propone proseguir la labor emprendida de salvar y mantener la actual actividad del Ateneo, superando  las dificultades económicas, con arreglo al aprobado Plan de Viabilidad.

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Otras dos corresponden  al hostigamiento que dicha actividad ha padecido. Una de ellas, al parecer, deslumbrada por la nuestra, ha copiado el  nombre de “Convergencia”, ya utilizado por las candidaturas anteriores encabezadas por mi persona. Algunos ateneístas han estimado que semejante apropiación tenía el objeto de producir confusión y lograr que algunos electores votaran tal candidatura, confundiéndola con la que encabeza m nombre. Pero, por mi parte, prefiero no formular juicios de intención y, menos aun,  de maniobreras intenciones.  Creo que tal situación corresponde, perfectamente, a la falta de originalidad creativa de tal  candidatura, que se refleja, también, en su programa. Insistente y centrado, como gran novedad, en el cumplimiento del Reglamento, que es lo que ya se viene actual y anteriormente haciendo.

La tercera  candidatura, bajo el nombre de antiguos presidentes del Ateneo, Moret, Prat, Salmerón, esta encabezada por don Daniel Pacheco.  Actualmente, Vice-Presidente Segundo, elegido en las elecciones de hace dos años, dentro de  la “Candidatura de Convergencia Carlos París”.   En anteriores comicios en que yo fui elegido, se había presentado a la Presidencia del Ateneo. Pero, posteriormente, convencido de la superación de las camarillas, que se estaba logrando por la Junta de Gobierno, se sumó al intento de lograr una Junta unificadora, por lo cual lo incluimos  en al candidatura de Convergencia, patrocinada por mi nombre. Al parecer, dicho puesto de Vicepresidente, en los últimos tiempos, le pareció poca cosa para su persona y  emprendió una campaña de tergiversaciones contra la Junta de Gobierno, de la cual formaba parte, para reaparecer, nuevamente, en su frustrado deseo de conquistar la Presidencia.

Como puede apreciarse, en  estas elecciones se decidirá si el Ateneo prosigue en su actual avance o se precipita en el caos. Esperemos que la racionalidad triunfe.

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