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Opinión · Otras miradas

Palabra de Alvise

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“– Mis necesidades son:

– Necesidad de tráfico y alcance

– Fondos que no requieren ser controlados por el Tribunal de cuentas”

Cuando uno se levanta un lunes normal y se encuentra una conversación suya con un caballero que se dedica a la ingeniería financiera y que tiene un sarao que la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha calificado de “chiringuito financiero” publicada en un periódico (en este caso, elDiario.es) sabe que va a tener una semana regular. Quizás incluso un mes de dormir dando vueltas y mirando al techo.

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A fallback.

En cualquier caso, dediquemos unos minutos a analizar el discurso de Alvise, esa suerte de “pensamiento Maluma” que se despliega en las conversaciones que ha tenido con el tipo al que le ha pedido cien mil euritos de nada y que ahora son, claro, públicas.

“Esto para mí es un pulso histórico”.

Nuestro héroe no quiere nada más que doblarle el lomo a la historia. Un argumento que será recurrente en toda la conversación.

Es interesante que alguien que puede conseguir 2 eurodiputados piense que tiene el mundo cogido por el cuello. En cualquier caso, cuando le vas a pedir a alguien “fondos que no requieren ser controlados por el tribunal de cuentas”, supongo que es más o menos razonable no decir “pues yo que sé, macho, a ver lo que se puede hacer aquí”.

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“¿En que sentido? Pues en el sentido de que las encuestas me encaminan cada vez más cerca de ser llave de gobierno con Feijóo y Abascal”.

Cuando uno tiene una cita con la historia, las encuestas no le dan simplemente buenos resultados, no hacen una fotografía de un momento, no: le encaminan.

Las citas con la historia son así. Luego una mañana te levantas y la historia ha tenido a bien dejarte una cita con la Fiscalía del Estado.

“Y esto significa que yo en un posible acuerdo de gobierno puedo poner como sine qua non una serie de legislación relativa a bitcoin, etc.”

Singularmente interesado en leer la ley sobre Bitcoin que proponer Alvise en esta cruzada histórica sine qua non.

“O sea, que esto es un pulso en realidad entre lo que es el Estado-nación y lo que es la libertad financiera”.

No le vas a pedir cien mil pavos a alguien para chorradas, lo haces para sostener el histórico pulso entre el estado nación y la libertad financiera, claro que si. El bien y el mal reducidos a un antagonismo perfecto.

“Por eso estoy intentando ver cómo afronto este asunto porque quiero defender... pues no sé, ¿sabes? defender tu negocio, defender bitcoin y, digo, lo voy a hablar antes contigo”.

Aquí reconozco que el pulso de la historia se viene un poco abajo.

La idea de “voy a liar la de dios, soy la llave de gobierno, las encuestas me encaminan… pero antes de nada voy a ver tú cómo lo ves” reproduce el tipo de jerarquía que, en esa histórica batalla, ha cumplido siempre el paladín que lucha por la libertad del capital y ese propio capital: la de un siervo.

“Y por lo que representáis, es que es un cambio de paradigma financiero, macho”.

Hay tantos libros analizando la idea de que la extrema derecha es quién encarna hoy la idea de pensamiento utópico en el mundo, que verlo aquí sintetizado de una forma tan concreta da hasta gusto.

“Para mi lo que me gusta… El dinero, vale, tal. Pero es sobre todo la guerra que estamos haciendo de libertad financiera, que es esencial, eh”.

 “El dinero, vale, tal”: Camisetas con esto.

Estamos en medio de una lucha histórica, pero ¿acaso no lo estamos haciendo por el dinero? ¿Acaso no es, de hecho, la misma cosa esta lucha histórica y una cierta capacidad de enriquecimiento personal? ¿Tengo que pedir disculpas por mi ambición?

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Bueno, pues parece que sí, porque “El dinero, vale, tal. Pero”.  De hecho, cuando Alvise ha hablado de este asunto posteriormente, lo que ha intentado es sugerir, ¿a quién no le gusta un buen dinero? Quizás en ese giro entre la coartada privada y la exhibición pública se defina su proyecto.

“Por eso te digo que al final esto tiene más simbolismo de lo que parece y… Y es estar escribiendo historia en este siglo… Porque es como nos defendemos del saqueo fiscal”.

 Todo incauto que se va a encontrar sus propios mensajes en la portada de un periódico, alberga en su interior al tipo de persona que puede creer que está escribiendo la historia de este siglo.

“Por eso te digo que todo lo que pueda ayudar y tal, dímelo”.

Como diría Jose Luis López Vázquez en esa obra inmortal de Jose María Forqué que es “Atraco a las 3”: “Un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo”.

En la misma escena, pero un poco después, López Vázquez: “Y si no ha llegado la trasferencia…  ¿Puedo ir a decirle que no ha llegado la transferencia?”.

O cómo decía Lester Freemon en The Wire: sigue al dinero.

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