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Opinión · Otras miradas

La Aldea Gala de Madrid: Ofelia Nieto 29

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Carlos Huerga

Ingeniero y activista de la PAH de Madrid

En las últimas décadas, la ciudad de Madrid ha tenido una serie de alcaldes que la han ido deformando poco a poco: Álvarez del Manzano, precursor de la burbuja inmobiliaria en la capital; el faraónico Gallardón, ideólogo de obras como el soterramiento de la M-30 o las inútiles infraestructuras olímpicas, hoy en día abandonadas en barrios con carencias graves de servicios públicos; y finalmente Ana Botella, continuista con las catastróficas candidaturas olímpicas y promotora de iniciativas como que voluntarios trabajen gratis para suplir servicios públicos. Bajo su mandato, el Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) ha empezado a desahuciar familias para vender sus pisos.

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Todas estas etapas, por estos motivos y tantos otros, han creado la insostenible y fría aberración de hormigón y asfalto que conocemos como Madrid. Existe un hilo conductor que atraviesa la génesis de este monstruo tan particular: la especulación. Jóvenes que no podíamos acceder a una vivienda, recalificaciones indecentes de terrenos, rescate de bancos que desahucian familias, etc. Sin embargo, existe una pequeña aldea gala que resiste los ataques de este Madrid: Ofelia Nieto 29.

En el barrio de Tetuán hay una pequeña vivienda, habitada por tres unidades familiares, que ocupa 6 m2 que la Consejería de Urbanismo del Ayuntamiento reclama para, supuestamente, acometer una importantísima ampliación de la acera. La solución elegida por el consistorio es la demolición completa del inmueble. Da igual que las familias hayan propuesto que se derribe sólo esa superficie en disputa, de forma que puedan conservar el resto de su vivienda: la única solución que acepta el Ayuntamiento es la demolición total.

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A principios de mes llegó la orden de derribo a las familias, avisándoles de que el Ayuntamiento disponía de 30 días hábiles para derribar la vivienda. El periodo expira el 28 de agosto.

Y ahí es cuando ese otro Madrid distinto ha salido a la luz pública. Desde el 12 de Agosto vecinos y vecinas se han organizado para mantener permanencias en Ofelia Nieto 29 y así evitar el derribo. Incluso han impedido un desalojo el día 14. Desde entonces, las familias en peligro de desahucio están apoyadas por toda esta gente que no va a permitir que los intereses inmobiliarios derriben una vivienda en la que viven tres menores y dos ancianos. Una demolición que parece tener más que ver con un pelotazo urbanístico en el solar que hay tras el edificio, que con la ampliación de una acera.

Este es otro Madrid, diferente y normalmente invisible. Un Madrid solidario, un Madrid de barrio, que no permite que sus vecinos sean echados a la calle. Un Madrid que muestra otra manera de convivir en la urbe del hormigón. Un Madrid que se defiende al margen de juntas de distrito autistas, indiferentes a los problemas vecinales. Un Madrid de barrios que se construyen a sí mismos con la solidaridad entre la gente de la calle.

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Estas permanencias no son sólo para evitar el derribo. El apoyo psicológico que supone para las familias sentirse acompañadas es un balón de oxígeno que les da fuerzas para luchar. Toda una lección para quienes piensan que frente a las injusticias no se puede hacer nada.

Por ahora la lucha en Ofelia Nieto 29 dura hasta el 28 de Agosto a las 12 de la noche, momento en el que expira la validez de la orden de derribo. En ese momento, la pequeña aldea gala madrileña, quienes forman el barrio de Tetuán, habrá vencido frente a un nuevo intento de vulneración al derecho a la vivienda.

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Madrid, qué bonita eres cuando luchas.

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