Opinión · Carta con respuesta
El ganso del alcalde
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Cada año agradezco la postal navideña con la que el alcalde de Barcelona nos felicita, en esta ocasión ilustrada con una simpática niña mestiza abrazada a un pato. No logro conectar la Navidad con la emigración y menos aún con las aves palmípedas. Por alguna razón que se me escapa, estas fechas son las más alegres para los infantes al tiempo que logran deprimir a más de uno. La Navidad tiene eso: es una gran fiesta en el corazón de algunos, los que logran entrever la grandeza oculta que a otros se les escapa. La Navidad es ocasión para reencontrar al Dios dueño de nuestras vidas, al amante perfecto en busca de corazones rendidos. La Navidad se repite año tras año y pocos saborean su riqueza: el “Dios-con-nosotros” reaparece en espera de que le tendamos no sólo los brazos sino el ser entero.
EVA NORDBECK, Barcelona
Llámeme mostrenco, llámeme rudimentario, llámeme superficial… pero para mí el encanto de la Navidad está en las comilonas y las borracherías bien acompañado. Como soy anti-teo (estoy convencido de que Dios no existe; pero, si existiera, estaría en contra de él), si por casualidad me encontrara con Dios en Navidad, me iba a oír. No entiendo lo de “reencontrar a Dios”, ¿es que ya han tenido ustedes dos alguna cita previa en una cafetería discreta o algo así? En cambio, la posibilidad de encontrar a la amante perfecta me parece prometedora, y es verdad que, con tantas reuniones y cenas de empresa, con tanto cava y tantas cuñadas tentadoras, la Navidad es un periodo muy propicio al adulterio venial y sin mayores consecuencias. A ver si este año hay suerte.
¿Se le escapa por qué son alegres estas fechas para los niños? Serán más pequeños, pero idiotas del todo no son: hay vacaciones, les hacen regalos, nadie les obliga a comer verduras ni otras inmundicias saludables, la familia se reúne, ponen programación infantil en casi todos los canales, estrenan películas, los padres se toman dos copas y hacen el ridículo sin parar… en fin, tendrían que ser los niños unos cretinos terminales para preferir la Pascua militar o el Día de la Constitución.
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Lo del alcalde tampoco lo entiendo. Weihnachtsgans (o sea, un ganso) es la cena típica navideña en Alemania, pero no sé qué tendrá que ver con Cataluña (si fuera Polonia, todavía, aunque tanto sentido del humor es inverosímil en un alcalde). Por otra parte, el pingüino, un palmípedo, es un símbolo tradicional de Jesucristo, ya que al parecer, los pingüinos se abren el pecho con el pico para alimentar a sus crías con su propia carne. Es una explicación. La otra es que el alcalde esté un poco chiflado y se haya querido hacer el moderno y tolerante (inmigrantes, medio ambiente, etc.). ¿Usted qué cree?
RAFAEL REIG
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