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Opinión · Rosas y espinas

Botella se ofende

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La alcaldesa de Aznar y señora de Madrid, por ese orden, Ana Botella, acaba de decirnos a los españoles que sus amiguitos Correa y El Bigotes no recibieron ningún tipo de prebenda, contrata a dedo o sinecura a cambio de los 32.452 pavos que los chicos de la Gürtel donaron para la correcta iluminación del enlace matrimonial entre Ana Aznar Botella y Alejandro Agag. “La duda ofende”, respondió la alcaldesa a los periodistas que la abordaron con tan insidiosa y escrachadora cuestión. Si es que no aprendemos a callarnos o a morirnos, los de la profesión.

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Cualquier persona con uno o menos dedos de frente sabe que la trama Gürtel nada tiene que ver con el PP y, menos, con la familia Aznar. El hecho de que el Lado Oscuro de la Fuerza te ilumine el himeneo de la niña solo viene a constatar que los delincuentes se estaban redimiendo. Que sus trinconajes ya no los usaban más para comprar joyas, irse de chicos o de chicas o darle a la nariz y al Möet&Chandon. Cuando un ladrón empieza a invertir sus botines en obras pías, cual fue la boda de Agag y Aznar, tiene cien años de perdón. Y más.

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En mi modesta opinión, el conocimiento de este donativo lo que debería es de servir de atenuante a la hora de juzgar la trama Gürtel, y, caso que se demuestre que hubo algún tipo de delito, que lo dudo, condenar a los infractores solo a pena de trabajo social, iluminando los fines de semana los tea-parties de nuestras marquesas más necesitadas, que, por un asunto u otro, son todas. No sé de qué vivirían los gigolós y los chorizos si las marquesas no estuvieran siempre muy necesitadas.

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La dicha duda no solo ofende a los Aznar/Agag/Botella, sino al pueblo español entero, que no se merece este clima de desconfianza que están sementando los bolcheviques sin que nadie les pare los puños, las hoces y los martillos.

Según los papeles de Bárcenas y la cosa Gürtel, uno de los grandes logros del PP, para la limpieza moral de España, ha consistido en convencer a nuestros otrora egoístas delincuentes de que inviertan su dinero en la democracia, en el PP, en lugar de derivarlo al tráfico de armas, drogas (vean a Marcial Dorado) o prostitución infantil. Nuestros delincuentes, de un tiempo a esta parte, estaban invirtiendo en democracia, en un partido democrático, cual el PP, en bodas cristianas de chicas con pocos posibles, como Ana Aznar Botella, o en el confeti de los cumpleaños de hijos de familias desestructuradas, como los de Ana Mato. Yo creo que criticar este cambio de rumbo de nuestros delincuentes es de hacérselo mirar.

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El rojerío, que siempre está clamando por la reinserción y el perdón al preso, es precisamente el que ahora abuchea a nuestros dirigentes populares por haber conseguido que los peores delincuentes de España regresen al buen camino, y apuesten por la vía democrática para sus inversiones. Nunca había sido testigo de tanta hipocresía. Me refiero a la del rojerío.

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Como a Fidel Castro, a los Agag/Botella/Aznar la Historia los absolverá, y de este affaire solo quedará en los anales lo bien iluminada que estuvo aquella boda televisada, que fue la envidia de toda la intelectualidad de izquierdas. Vale. En la Gürtel habrá luces y habrá sombras. Pero qué luces las de la boda de Anita.

fidel

Al igual que la iglesia española no se explica cómo Gallardón no acelera la reforma del aborto para coserle el coño de una vez a las mujeres libres, este cronista clochard tampoco entiende cómo los jueces no se apresuran ya a instar al gobierno y al rey a que indulte a los generosos y filantrópicos gürtelianos. A que los indulte incluso antes de ser condenados, coño, que no está España para matices y tonterías por un inocente y luminoso regalito de boda.

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