Cargando...

Opinión · Rosas y espinas

El Séptimo de Cifuentería

Publicidad

Nos alegramos alborozosamente esta semana cuando observamos que nuestra delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ya está bastante recuperada del grave accidente de moto que sufrió en agosto de este año conduciendo por su habitual carril prohibido. Sin Cristina Cifuentes, el tedio se estaba apoderando de nuestros calabozos capitalinos, y la sociedad en general caminaba errabunda por las calles de Madrid sin ser identificada, sin recibir un pelotazo de goma policial en el ojo y sin pagar multas por asisitir a manifestaciones a las que no había acudido. Sin estos pequeños placeres sorpresivos que nos aporta nuestra moderna democracia, los españoles nos abandonamos a los vicios de la cultura, la ciencia o el amor, que se saben descarríos detestables y perseguibles por nuestros más doctos próceres. Cuan docta y prócer es, por ejemplo, doña Cristina Cifuentes.

Click to enlarge
A fallback.

338px-Cristina_Cifuentes_en_un_acto_de_bienvenida_a_nuevos_militantes_del_Partido_Popular (1)

La salud de Cifuentes quedó vista para el alta médica este jueves por la mañana, cuando se mandó detener a 19 personas en sus casas y puestos de trabajo por su presunta participación en incidentes antifascistas el pasado 20-N en la Complutense. No seré yo quien justifique aquellos hechos. Hace tiempo que denigro la violencia, incluso la de los escasísimos violentos antifascistas (trolls del PP, no vomitéis comentarios: ETA y GRAPO no fueron antifascistas: solo fueron un cacho más fascistas que vosotros). En las protestas por las citadas detenciones, cayó otra decena de peligrosos anticifuentes más.

Como la mayoría de los contestatarios españoles, me he acostumbrado a recibir hostias de los violentos fascistas sin devolverlas jamás como antifascista ni como nada. Aunque suene paradójico, somos los agnósticos y ateos antifascistas mucho más afectos a poner la otra mejilla, la bíblica, que los ultracatólicos fascistas del PP. Antes, yo, cuando veía un uniforme, huía o peleaba. Ahora hasta me pongo un pelín cachondo cuando la policía me golpea por ejercer mi trabajo periodístico en los Rodea el Congreso. No sé si esta resignación cristiana me ha sido otorgada por ver demasiado porno sado-maso en la oficina, o es solo que me estoy volviendo un ciudadano de orden a base de reírme con los debates ultras de la cadena episcopal 13TV, o es que pertenezco a una generación de vasallos y me dejo hacer de todo. Harémelo mirar, por si estoy malo.

Publicidad

El caso es que Cifuentes está curada y ya nos vuelve a detener en sus ratos libres, regodeándose en sus tuits de la exitosa caza de "personas de extrema izquierda". Otra cosa es que los 19 detenidos estuvieran o no el 20-N montando un contradiós en la Complu, que parece discutible. Pero no hay nada mejor para entender la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que una demostración práctica de su indiscriminada efectividad. Como la que nos acaba de dar Cifuentes.

cifu_detenidos

Se soltaba Ana Botella el otro día con que «la ideología que ha traído mayor progreso en la historia de la humanidad ha sido la de los que estamos aquí sentados (los del PP)». No es grandilocuente la afirmación, como pudiere parecer, sino que se refrenda cada día con hechos y palabras. Acallar la voz de los protestatarios y encalomarlos, como hace Cifuentes, también trae enorme progreso a la historia de la humanidad. Si Cifuentes consigue encarcelarnos a toda la escoria izquierdista, los verdaderos seres humanos, los trincones y banqueros del PP, podrán campar por Serrano y por Suiza como Bárcenas por Génova. Un pequeño paso para el pijo y el delincuente, pero un gran paso para la Historia de la Humanidad de Botella.

Publicidad

botella

La gran demostración empírica de este, mi aserto, tardará unos dos años en ser patente. La ciencia es lenta. Será la víspera de las próximas elecciones generales, cuando Cifuentes y sus homólogos regionales detengan a todos los ultraizquierdistas españoles, incluido José Bono, para que al día siguiente solo puedan meter su voto en las urnas los seres humanos. O sea, los que hacen avanzar la humanidad de Botella. C´est à dire: ciertos votantes del PP. La nueva Ley de Seguridad Ciudadana del PP permite detener a cualquier persona en cualquier sitio por cualquier motivo y meterle 30.000 euros de multa y obligarle a pagar 1.000 euros de tasas, con un sueldo de 800, si quiere recurrir la sanción. Yo no había visto jamás tan veloz progreso en la Historia de la Humanidad. Y yo no sé si es esta una forma demasiado violenta de otorgarme libertad, pero a mí este vértigo de libertades infinitas que me otorga este PP me sobrecoge, y casi prefiero que este PP me dé mis libertades un poco más dosificadas. No me vayan a convertir en anarquista sin comerlo ni beberlo. Y me empeñe en poner bombas en los bancos y en otros sacros lugares

El llorado canciller Adolf Hitler también consideraba patrimonio de su partido nazi "la ideología que ha traído mayor progreso en la historia de la humanidad". Igualito que Botella. Vaya par de pensadores. Y no sé por qué me viene a mientes el añorado canciller alemán, ya que ni Botella ni Cifuentes gastan bigote en público. Debe de ser que no me han reeducado aun lo suficiente en los calabozos de nuestra policía democrática, y ando disperso de pensamiento, palabra, obra y omisión. Pero ya escucho patadas y gritos en mi puerta. El 7º de Cifuentería siempre aparece a tiempo para salvarnos de nuestro libertarismo y de nuestro error. Heil, Democracia! Estoy salvado... Si no vuelvo a escribir, no os preocupéis por mí, compañeros. Los ciudadanos debemos de morir para salvar su Patria.

Publicidad

hitler

Publicidad

Publicidad