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Opinión · Sin filtro

La amenaza y el castigo

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Todos los pedagogos coinciden en que el error m?s letal que suelen cometer los padres que lamentan haber perdido la autoridad sobre sus hijos es no saber calibrar la proporci?n de la amenaza y el castigo. Es decir, que tan pernicioso es exagerar la amenaza (?si suspendes, te mato?) como reducir o levantar el castigo impuesto si es proporcionado y merecido (una semana sin tele, por ejemplo).

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Los obispos espa?oles, o al menos su portavoz, Juan Antonio Mart?nez Camino, acaban de demostrar que carecen de tacto para tratar a sus m?s destacados fieles, los pol?ticos. En su af?n por meterse en los asuntos terrenales mucho m?s all? de lo que dicta la l?gica ?por m?s que la l?gica religiosa tienda siempre a la injerencia?, esta vez se han pasado de frenada.

Su amenaza de negar la comuni?n a quienes osen votar a favor de la nueva Ley del Aborto, con acusaciones de ?pecado mortal? y ?herej?a? y advertencias de ?excomuni?n?, ha hecho saltar por los aires la benevolencia con la que los cat?licos que ocupan esca?o en las Cortes vienen soportando en los ?ltimos a?os las andanadas de la corriente m?s ultra de la Iglesia, la que domina la jerarqu?a cat?lica.

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Falta ver si sus ilustr?simas perseveran en su error y a la desproporci?n de la amenaza acompa?an la incoherencia en la aplicaci?n del castigo. O lo que es lo mismo, si despu?s de amenazar con el mism?simo infierno a quienes aprieten el bot?n verde en el Congreso luego se cortan para negar la comuni?n a los m?s ilustres de los parlamentarios pecadores.

Propongo ya, tras la votaci?n, acompa?ar a Jos? Bono a la catedral de la Almudena y comprobar si el mismo Mart?nez Camino le niega la comuni?n. Se juega la credibilidad y el respeto de todo padre espiritual.

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