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Opinión · Trabajar cansa

In dubio pro policía

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“No descartamos que haya casos aislados, pero no se puede generalizar; las torturas están super castigadas” -José María Benito, Secretario de Organización del SUP- 

                

¿A quién creerías antes, a un ciudadano que denuncia torturas, o a un policía que las niega? Es una pregunta complicada, pero ante la que no suelen tener dudas los jueces: el viejo “in dubio pro reo” se convierte en esos casos en un sistemático “in dubio pro policía”. 

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Año tras año Amnistía Internacional publica el mismo informe, tan sólo ampliado en cuanto a los nuevos casos aportados. En él denuncian que la persecución de los malos tratos y torturas policiales es un “agujero negro” en España, que favorece la impunidad. 

Y cada año, apenas hecho público el informe, los sindicatos policiales y los responsables de Interior corren a negarlo. Su lógica es aplastante: en España no hay condenas porque no hay casos, son todo denuncias falsas. Y quién lo va a saber mejor que ellos, que son precisamente los encargados de investigarlas. Y es que ése es uno de los mayores agujeros denunciados por Amnistía: que sean los compañeros del acusado quienes investiguen lo sucedido. Ya saben cómo funciona el espíritu de cuerpo: nadie ve nada, y el caso se archiva por imposibilidad de probar nada ni de identificar a nadie. 

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Como Amnistía Internacional y otros colectivos sociales piensan seguir insistiendo en el tema, aconsejo a los sindicatos y mandos policiales que los denuncien por agresión. Es lo que suelen hacer los agentes cuando son denunciados: contradenuncian, y el agredido se convierte en agresor. Es la mejor manera de que, si un día te llevas una hostia en una mani o en comisaría, te lo pienses antes de denunciar, no sea que acabes condenado por causarle una luxación en el hombro al de la porra. No veo por qué no iba a funcionar también con esos pesados de Amnistía.

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