Opinión · Trabajar cansa
Cuando no hay flotadores para todos
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“Hoy hay muchos que malviven con pensiones bajas, así que los que tenemos el futuro por delante hemos de procurar no malvivir.” -Josep Antoni Duran Lleida, portavoz del CiU en el Congreso-
Hay que ver la risita tonta que tenían algunos políticos cuando los periodistas les hacían la pregunta de la semana: “¿Tienes plan?”. El comentario del ministro de Trabajo sobre los planes privados de pensiones ha servido para retratar a nuestra clase dirigente. Lo que les retrata no es tanto que tengan o no plan, sino la forma en que responden a la incómoda pregunta.
Aunque unos pocos han reconocido con entusiasmo tener plan, muchos han respondido con un punto de vergüenza, como pillados en falta. Hay quien se escaquea (“es mi vida privada”), quien confiesa pero quitándole importancia (“es un plan pequeño, casi no meto dinero”), quien se disculpa (“lo tengo porque me convenció un amigo que trabaja en eso”), y quien hace el obligado juramento (“tengo, pero soy defensor del sistema público”).
No es un debate nuevo. Cada poco tiempo salen críticas hacia algún gobernante por llevar a sus hijos a un colegio privado, u operarse en una clínica. Nada hay de ilegal en ello, por supuesto. Pero tales comportamientos indignan a muchos ciudadanos, sobre todo cuando se trata de políticos que se dicen de izquierda y defensores de lo público.
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La pregunta, en todos los casos, es: ¿podemos confiar en que defiendan lo público quienes eligen lo privado? ¿Tiene consecuencias esa contradicción? Y cuando digo “defender lo público” no me refiero sólo a impedir su quiebra o su privatización, sino a apostar porque lo público sea mejor que lo privado, y no sólo una ayudita para quienes no pueden recurrir a lo privado.
Todos vamos en el mismo barco, es cierto. Y salvo quienes prefieren que se hunda y que cada uno se compre su propio barquito, los demás queremos que siga a flote. Pero la preocupación por que la nave no naufrague y sea más cómoda para todos no es la misma para quien viaja a pelo que para quien tiene flotador asegurado y camarote en primera. ¿Cuántos españoles pueden hoy comprarse un flotador? ¿Cuántos pueden meter cada mes esos 600 euros que a Duran Lleida le parecían “escasos” para su propio plan?
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