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Opinión · Trabajar cansa

Voy a destriparles el final de Camps

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“Usted se ha acogido al Código Penal. Yo me cojo a la Senyera y a mis conciudadanos para seguir trabajando por el futuro de esta tierra.” -Francisco Camps, presidente del Gobierno valenciano-

 

A fuerza de enredarse la madeja del caso Gürtel, cada día nos parece más inverosímil la supervivencia política de Camps. Todos nos preguntamos cómo es posible que siga vivo, que haya llegado hasta aquí, y nos parecen increíbles sus risas y sus confesiones de felicidad. Nadie se lo explica, ni en su propio partido. De manera que todos esperamos al último capítulo para encontrar las claves y entender su comportamiento.

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Pues bien, yo sé el final del culebrón, sé por qué actúa así Camps. Antes de contarlo, advierto a quienes estén enganchados a la serie, pues voy a destripar el final (eso que llaman spoiler). La solución es fácil, incluso previsible: Camps se comporta así porque en realidad ya está muerto. Políticamente muerto, se entiende.

Entiendo la decepción de quienes han seguido la trama capítulo a capítulo, y esperaban un desenlace más original. Es lo que ha pasado a muchos fans de la serie Perdidos, al descubrir que al final estaban todos muertos. Un argumento clásico, muy visto ya en el cine y la literatura: un protagonista al que ocurren cosas imposibles, inexplicables, en una trama que se enreda de tal manera que sólo caben dos salidas posibles: o todo es un sueño (como le pasa a Alicia), o el protagonista estaba muerto y no lo sabía (como en Los otros o El sexto sentido, por citar dos ejemplos del cine, o Pedro Páramo en literatura).

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