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Le toca al periodismo, nos toca, por Ana Pardo de Vera

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La victoria de la ultraderecha en las europeas ha supuesto la acogida en el Parlamento de un tal Alvise, un vomitador de bulos, con nada más y nada menos que 3 escaños, uno más que Podemos y los mismos que Sumar. Esto en España, porque en Chipre, un influencer de 24 años que no votó “en su vida”, como ha reconocido él mismo, ha sido la tercera fuerza con más apoyos en las elecciones a la Cámara Europea y ha logrado uno de los seis escaños que envía esta república insular. La subida abrumadora de la extrema derecha ha dejado noqueados, de inicio, a las potencias europeas de Italia, Francia, Alemania o Bélgica, o sea, a la Unión Europea en pleno. En España, de los 61 escaños repartidos, 9 son de ultraderecha, 6 de Vox y los 3 de Alvise. La desinformación, la propagación de bulos y manipulaciones en ecosistemas pseudomediáticos de Youtube y redes sociales como Telegram o TikTok, fuera del radar de la prensa reconocida como tal, han contribuido en buena parte a estos resultados destinados a dinamitar la democracia en Europa desde sus instituciones.

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