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La Robla se despide de su central térmica, motor económico y viacrucis medioambiental

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Para muchos es un recuerdo y les da pena, porque es el futuro de una zona que desaparece de un plumazo en apenas un momento. Casi 200 kilos de dinamita que terminan con 50 años de todo un icono del paisaje de la montaña leonesa: el Springfield de La Robla. La empresa solicitó en diciembre de 2018 el cierre de esta central térmica. En 2020, cesa su actividad. Se pierden más de 100 puestos de trabajo. El problema es ese. Al final se va a quedar sin gente y cada poco se va a quedar como la llamada España vaciada. ¿Las razones? En el plano ecológico es muy contaminante. En el económico, poco rentable. Rosa ya visto desde su frutería cómo La Robla ha ido perdiendo vecinos día a día. Llegaron a ser casi 6.000. Ahora, algo más de la mitad. De momento, el pasado ha quedado reducido a toneladas de escombros. -Redacción-

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