El viento suspende la regata en la que iba a participar el rey emérito

 Antes de la hora prevista, Don Juan Carlos abandonaba la casa de su amigo y anfitrión Pedro Campos, quien conduce el vehículo. El rey emérito se encuentra con ánimo, en su segunda jornada de regatas. En el club naútico ya hay gran expectación mediática y el muelle se va llenando de curiosos. Don Juan Carlos es ayudado a bajar las escaleras que conducen al Bribón y finalmente se acomoda en la embarcación. Antes su anfitrión confirma que el rey emérito ha pasado una noche tranquila cenando entre amigos y que participará en la regata. Mientras, en otro punto de Sanxenxo un reducido grupo de nacionalistas gallegos protesta por la presencia de don juan Carlos. Finalmente la ausencia de viento arruina la jornada de regatas, que son aplazadas indefinidam