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La 'semana horríbilis' del tren de Extremadura

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¡Bienvenidos al tren! Ese medio de transporte tan peliculero, que en su versión extremeña y en estos últimos seis días ha hecho buena la máxima de que muchas veces la realidad supera la ficción. Desde la solemne inauguración del tramo Plasencia-Badajoz, lo del tren de Extremadura ha sido un suma y sigue de contratiempos y decepciones. Un guion de pesadilla Porque, por más que lo hiciera ver la ministra del ramo, Raquel Sánchez, el día de su inauguración, no es un AVE todavía. Solo un "tren rápido" con velocidad punta de 180, pero media de apenas 90 kilómetros por hora. Y diésel además, en lo que se completa la electrificación. Porque  -a pesar de que el presidente de la Junta anunciara tambien el día de la inauguración: "A partir de mañana las cosas van a cambiar"- los primeros viajes no han cambiado las viejas quejas. Si acaso aún peor, han frustrado expectarivas. Y porque en el nuevo camino "sin vuelta atrás" que anunciaba Sánchez, también el día de la inauguración, cada paso hasta ahora ha sido un traspiés. Retrasos todos los días - y cuando se dice todos son todos- le han costado el puesto a un cargo de Renfe. Y han generado incluso cierta tensión politica. Para la ministra han sido incidencias propias del estreno. Para el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, una suma de calamidades que ha derivado en "vergüenza y desvergüenza". Entre la complacencia de una y el enfado del otro media, pues, un abismo. Y a todo esto, Renfe ha necesitado casi una semana para descubrir que los Alvia que circulan desde el lunes se recalientan en algunos tramos y eso les hace ir más lentos. Solución, pondrá los billetes al 50% y reajustará los horarios para evitar la sensación de que se llega tarde. Una especie de placebo. Tampoco ha ido mucho más rápida la empresa responsable de la infraestructura, que ha tardado también días en ver que algo ha pasado con las agujas. En resumen, por unas cosas y otras, Extremadura sigue teniendo un problema con el tren.

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