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Secuestro con final feliz

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Lorreine da gracias a que puede contar su dramática experiencia. Su marido acababa de irse a trabajar a la gasolinera y ella dormía cuando la sorprendió un ladrón. Ella maniatada y amenazada con el cuchillo intentó calmarse. Sabía que la única manera de escapar era llegar a la gasolinera de su marido, y así lo engañó. Un empleado socorrió a Lorreine. Está casi segura de que el asaltante, encapuchado y con pasamontañas, la tenía vigilada. -Redacción-

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