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30 rastreadores tratan de frenar los nuevos brotes en Canarias

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La pandemia ha transformado esta biblioteca de Gran Canaria en cuartel general de los rastreadores de las islas. Aquí trabajan 30  sanitarios y en los peores momentos han llegado a realizar unas mil llamadas en un solo día. La alerta llega siempre desde los centros de salud, que identifican a los nuevos positivos. Después, a través del teléfono, ellos rastrean a todos sus contactos estrechos, aquellos que han estado a menos de 2 metros durante más de 15 minutos a los que hay que aislar inmediatamente. Un solo positivo descontrolado, como el pasajero que decidió subirse a un avión con destino Lanzarote sin conocer el resultado de su prueba, puede provocar un rebrote. Por eso, las 14 personas que viajaban a su lado están en cuarentena. En este caso fue fácil cortar la cadena antes de que bajasen del avión. Pero a medida que avanza la desescalada, el rastreo se va complicando. Por eso nos recuerdan que la responsabilidad individual es imprescindible para evitar los rebrotes. -Redacción-

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