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Daños cognitivos y otras secuelas del coronavirus

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Jordi sabe lo que es caminar al borde de la vida. A finales de marzo se contagió de coronavirus. Estuvo 88 días ingresado en la UCI y 130 días en planta. Todavía hoy le persiguen las secuelas de la enfermedad. Tiene 41 años pero se fatiga con facilidad, problema que sufre el 88 por ciento de los enfermos. Cada paso que da es un esfuerzo a consecuencia de la pérdida de masa muscular y, además, tiene daños cognitivos como dolores de cabeza al leer. Estos últimos también afectan a pacientes que han tenido síntomas pero no han pasado por la UCI. Sienten que les cuesta hacer dos cosas al mismo tiempo y ese obstáculo se interpone en la vuelta a la rutina laboral porque sienten ansiedad al no verse comprendidos y ser conscientes de sus limitaciones aún estando bien físicamente. Jordi realiza ahora rehabilitación en el Institut Guttman de Barcelona donde el 75 por ciento de los pacientes que han tenido coronavirus tienen entre 45 y 55 años. Aquí descubren que el camino de la recuperación es muy largo. -Redacción-

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