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Los días grandes del jamón ibérico

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Son tierras que saben a pata negra. Cuidados durante años, cada jamón es una pieza de arquitectura envejecida por el viento y el tiempo hasta convertirse en un sabor hecho para compartir. Un invitado único, y cómo no reservarle un sitio en la mesa de Navidad. Experiencia multisensorial, un regalo de buen gusto, aunque, eso sí, difícil de disimular por su tamaño. -Redacción-

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