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Una pandemia estancada complica la desescalada en las comunidades con más casos

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La rapidez por querer llegar a la ansiada normalidad va a complicar la desescalada en Aragón. Ya lleva tres semanas en riesgo muy alto, subiendo, acercándose a los 300 casos y confinando localidades como Calatayud. Se van a necesitar medidas concretas ante una pandemia que se estanca en una meseta que parece interminable. A Cataluña, bajando, le cuesta controlar zonas de Girona, como Tossa de Mar. Con autocribados se buscan asintomáticos entre los últimos brotes originados en abril. El mismo sistema para las empresas agrícolas de Lleida, pensando en salvar la nueva temporada. Andalucía también mejora pero Granada sigue superando los 400 casos, alejándose así del final.

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