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El Gobierno de coalición se resiste a llamar dictadura a Cuba

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Resulta imposible encontrar en el Gobierno a alguien que use la palabra "dictadura" para referirse a Cuba. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño considera que ese debate es baldío. "Yo creo que no es productivo dedicarse a intentar calificar o a poner etiquetas a las cosas" ha asegurado. La ministra de Hacienda, por su parte, ha subrayado el argumento que ayer trasladó el presidente del Gobierno en Informativos Telecinco. "Es evidente que Cuba no es una democracia", ha sentenciado María Jesús Montero. Más difícil le ha resultado a la Vicepresidenta tercera abordar el asunto. Entre balbuceos Teresa Ribera considera que no es bueno "caer en ese tipo de mensajes". . La definición del régimen cubano como una dictadura ha quedado proscrita en ese lado de la coalición, como también ha quedado proscrita en el otro la idea de que no lo es. Ni la vicepresidenta Díaz ni las ministras Belarra y Montero han llegado, como sí lo han hecho otros compañeros de Unidas Podemos, a negar que Cuba sea una dictadura. "España ha tenido históricamente unas relaciones de amistad con el pueblo cubano. Creo que así debe seguir siendo y como gobierno de España debemos seguir trabajando para que así sea", se ha limitado a asegurar Irene Montero. Así las cosas, el Ejecutivo exige el respeto a los derechos humanos, a lo que Podemos añade su rechazo a un bloqueo que considera "inaceptable". Pero esta falta de concreción en el uso del lenguaje enerva al PP. Desde Melilla Pablo Casado ha pedido al presidente del Gobierno: "repita conmigo: Cuba es una dictadura". Casado considera "inmoral" no definir el régimen cubano como una dictadura a cambio de contentar a sus socios de podemos.

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