Los migrantes dejan el campamento en Bielorrusia y se asientan más cerca de la frontera polaca

Poco o nada queda del campamento. Miles de migrantes cogieron sus tiendas de campaña y sacos de dormir para llegar hasta el principal cruce fronterizo de Kuznica, en Polonia. Como si fueran ganado, eran dirigidos en una gran fila, custodiados por el aire por helicópteros polacos y por tierra por militares bielorrusos. Exhaustos, comenzaban a montar todo otra vez en una franja de terreno mínima y rodeados por un impresionante despliegue militar. Polonia ya ha confirmado que a finales de diciembre levantará un muro fronterizo. Mientras, Lukashenko sigue echando balones fuera y advierte a la Unión Europea que sus amenazas iban en serio. Pero, Bruselas ha respondido con contundencia. Intensificará las sanciones contra Bielorrusia. Y en dos días, Irak enviará un primer avión para repatriar a sus ciudadanos. Muchos aseguran que prefieren morir a volver a sus países. Una opción que ya no tendrá Ahmad Al-Hasan, un joven sirio de solo 19 años que se ahogó en un río en la frontera y al que su familia solo ha podido llorar por videollamada.