MADRID.- Los obispos han estado financiando en los últimos años su cadena de televisión 13TV con el dinero recaudado del impuesto sobre la renta correspondiente a los contribuyentes que marcan la casilla de la Iglesia.

Esto es lo que se desprende de la memoria que presenta anualmente la Iglesia católica al Gobierno, a la que ha tenido acceso la revista Tiempo. En ella, los obispos deben justificar el destino de los fondos recibidos a través de IRPF y cómo se reparte dicho dinero.

Según este documento, en 2013 la Conferencia Episcopal inyectó a la cadena un capital de 5,9 millones de euros que figuran dentro del apartado de “actividades pastorales nacionales” y que alcanza un total de 7,7 millones. No se trata de la primera inyección de este tipo. En 2012 ya destinaron cuatro millones a cubrir el agujero dejado por una canal que no deja de generar pérdidas.

Se trata de una práctica que, según la revista, se ha repetido en los últimos años. Según el portal InfoVaticana, que replica la información aportando nuevos datos, la Conferencia Espiscopal Española tapó el agujero dejado por el medio de comunicación transfiriendo vía IRPF una cifra cercana a los diez millones de euros.

Se trata de una práctica financiación que ha permanecido opaca en los últimos años y que los obispos han negado en reiteradas ocasiones, pero que queda al desnudo visto el documento de justificación de gastos al que ha tenido acceso la publicación.

Según explica este medio, “la Administración no facilitó en primera instancia la información, sino solo después de que el Consejo de Transparencia estimara una reclamación presentada sobre el acceso a esta documentación”. Además, denuncian que la justificación de gastos es “una mera explicación” en la que “no se aportan facturas sobre esos gastos o justificantes de las diócesis de los sueldos que reciben los sacerdotes y obispos”.

El pasado octubre el Gobierno salvó de la ruina a 13TV con la adjudicación de los nuevos canales de definición estándar. La cadena episcopal perdió en 2014 un total de 12,1 millones de euros acumulando unas pérdidas superiores a los 34 millones de euros en tan sólo tres años.