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Euskadi se manifiesta por la paz y contra el “inmovilismo” del PP

Bilbao acoge esta tarde una manifestación a favor de los derechos de los presos. Acudirán 500 autobuses y habrá 115 periodistas acreditados. Una víctima de ETA, un ex preso abertzale y una dirigente socialista estarán tras la pancarta

Los manifestantes se preparan en medio de actividades recreativas horas previas a la manifestación.

El primer fin de semana de enero está marcado en rojo en el calendario vasco. Cada año, miles de personas toman las calles de Bilbao para reivindicar el acercamiento de los presos de ETA y de otras organizaciones de la izquierda abertzale. Este reclamo volverá a sentirse este sábado en la capital vizcaína, donde varias personalidades de distintas ideologías y adscripciones políticas han respaldado la convocatoria impulsada por la red ciudadana Sare.

“Derechos humanos, resolución, paz. Euskal Presoak Euskal Herrira (Presos Vascos a Euskal Herria)”, será el lema de la pancarta que empezará a andar, a paso lento, a las 17.00 desde la Plaza de la Casilla.

Según han anunciado sus organizadores, se espera que 500 autobuses contratados lleguen a Bilbao desde distintas localidades vascas. También han adelantado que la manifestación será cubierta por un total de 115 periodistas previamente acreditados.

"Todos estos datos apuntan a una movilización masiva", pronosticó Teresa Toda, ex subdirectora del diario Egin -motivo por el que fue encarcelada- y una de las portavoces de Sare.

El ambiente previo a la movilización —que tendrá su réplica, a la misma hora, en la ciudad vascofrancesa de Baiona, donde habrá un acto similar— se ha dejado notar desde la mañana.

Los organizadores han instalado una carpa en el Arenal de Bilbao, donde a medida que pasaban las horas iban llegando distintos familiares de presos. Ninguno de ellos recorrerá este fin de semana las largas distancias hasta las prisiones en las que se encuentran sus allegados.

Las cifras hablan por sí solas: sólo dos de los alrededor de 400 presos abertzales se encuentran en cárceles vascas. Siguiendo los dictados de la política de dispersión, la mayoría se encuentra en centros penitenciarios ubicados a más de 800 kilómetros de Euskadi.

“La manifestación de hoy es como un ritual. Te sirve para cargar pilas”, afirmaba en la mañana de este sábado José Ángel Larramendi. Su hija, Alaitz Larramendi, se encuentra en la cárcel más lejana de Francia, a 1.020 kilómetros de Euskadi. “Este acto debe valer como un punto de inflexión. No debemos olvidarnos que el fin de la dispersión sólo depende de la voluntad política”, agregaba Sonia Polo, quien tiene a su hermano Sergio en la cárcel de Cartagena. O lo que es lo mismo, a 1100 kilómetros de su casa.

Rostros nuevos

Tanto José Ángel Larramendi como Sonia Polo llevan varios eneros movilizándose en Bilbao. Sin embargo, este año habrá algunos rostros nuevos: la convocatoria de este sábado cuenta con la adhesión de Rosa Rodero, viuda del ertzaina Joseba Goikoetxea, asesinado por ETA en 1993. De hecho, esta mujer será una de las encargadas de portar la pancarta. Junto a ella, también en la cabecera de la movilización, estarán la dirigente socialista Gemma Zabaleta –ex consejera en el Gobierno Vasco presidido por Patxi López- y el histórico militante de la izquierda abertzale Juan Mari Olano, quien permaneció diez años en la cárcel por su militancia en Gestoras Pro Amnistía y Askatasuna.

El acto ha recibido el apoyo de varias organizaciones sindicales, como ELA, LAB, CCOO o CNT. A nivel de partidos, sólo EH Bildu animó a participar en la manifestación, mientras que Podemos y PNV dieron libertad de acción a sus militantes. La formación morada emitió un comunicado en el que mostró su disconformidad con la política de dispersión y criticó que los presos con enfermedades graves permanezcan en prisión. Por su parte, el Gobierno Vasco indicó que no participaría en la protesta, aunque su portavoz, Josu Erkoreka, admitió que las reivindicaciones a favor de otra política penitenciaria “no están muy lejos” de sus planteamientos.

Quienes sí estuvieron en la carpa de Sare fueron la psicóloga argentina Mirta Fabre y la médico Susana Echegoyen, dos argentinas que conocen muy bien la situación del colectivo de presos de ETA: ambas especialistas han visitado a reclusos enfermos, por lo que no dudan en calificar la situación que atraviesan como “extremadamente grave”.

“Hay presos que corren el riesgo de morir en la cárcel”, afirmó Fabre a Público. Tanto ella como su compañera sostienen que existe una “tortura encubierta” contra este colectivo de reclusos.

En ese contexto, el portavoz de Sare y ex consejero de Justicia del Gobierno Vasco, Joseba Azkarraga, reivindicó la importancia de la manifestación de esta tarde, en la que también se reclamará que los presos enfermos sean puestos en libertad. "Estamos ante una situación absolutamente injusta que sólo genera más odio", indicó. A su juicio, los presos condenados por delitos de terrorismo son sometidos a "leyes excepcionales", lo que genera una clara "vulneración de derechos".

Esos argumentos también fueron esgrimidos por el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad del País Vasco y ex decano del Colegio de Abogados de Bizkaia, Iñaki Lasagabaster. “Desde una perspectiva jurídica, la dispersión niega el principio de legalidad”, comentó a los medios poco antes del mediodía. Lasagabaster es uno de los tantos rostros de Euskadi que en los últimos días mostraron su apoyo a la movilización de Bilbao. También figura la jueza Garbiñe Biurrun, el montañista Juanito Oiarzabal o el músico Kepa Junkera.

Desde Catalunya y Murcia

Según se ha conocido en las últimas horas, la manifestación contará con la participación de los miembros de la CUP David Fernández y Anna Gabriel, quienes en distintas ocasiones han mostrado su respaldo a los familiares de los presos vascos. También estarán presentes algunos solidarios venidos desde Murcia. “Somos varias personas que ayudamos a los familiares de los presos vascos que se encuentran en la cárcel Murcia II”, indicó a Público Paca Labaña. En su chaqueta llevaba una pegatina del denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK, por sus siglas en euskera).

Con el sonido de una batucada de fondo, esta mujer lamentó que aún persista la política de dispersión. “Si todavía existe, es por la cerrazón de un gobierno que no quiere perder los votos de una extrema derecha ya caduca”, denunció. Esta tarde caminará junto a otras miles de personas que, al igual que ella, piden un cambio.

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