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"La violencia sexual es el único crimen en el que la primera sospechosa es la víctima"

Contra la cultura de la violación, #YoTeCreo. Ese es el nombre de una campaña lanzada por la Asociación de Mujeres de Guatemala contra la falta de credibilidad, también por parte de la justicia, ante las denuncias públicas y jurídicas de las agresiones sexuales. 

La cultura de la violación es auspiciada desde distintos frentes / Yotecreo.net

SARA CALVO

MADRID.— La historia de Ana se repite en todos los lugares del mundo. Ella fue agredida sexualmente por un antiguo profesor suyo que supuestamente iba a ayudarla a su llegada a España, donde vino como refugiada escapando de la grave situación de violencia que se vive en su país, Guatemala. Cuando se atrevió a denunciar, nadie le creía. Como le costaba mucho contar su historia con palabras, decidió dibujarla. Así, con el pulso, el coraje y la fuerza de Ana, la Asociación de Mujeres de Guatemala (AMG) lanza la campaña #YoTeCreo. "Cualquier pequeño cambio es una grieta en el muro de la impunidad", lanza la presidenta, Mercedes Hernández. 

Es obvio que el de Ana no es un caso aislado. En el Estado se produce una violación cada ocho horas, según el Ministerio de Interior. Las agresiones sexuales perpetradas por individuos conocidos representan entre el 70 y el 80% de los casos. Aun así, son las que tienen menor repercusión en los medios de comunicación y las que se cometen con mayor impunidad precisamente por eso, por el factor de descrédito que vive la mujer cuando toma la fuerza suficiente para denunciar.

"La revictimización es constante en todo el proceso, sobre todo en la parte judicial donde forenses, jueces y demás son hijos del patriarcado"

"Como sociedad no se cree en ellas: vale más cualquier otra prueba que su testimonio", lamenta Mercedes. Así, en estos tipos de violencia se da un caso inaudito, como es que se culpabilice a la propia víctima. "La revictimización es constante en todo el proceso, sobre todo en la parte judicial donde forenses, jueces y demás son hijos del patriarcado" que alimentan el laberinto en el que entra Ana —o cualquier víctima— donde encuentra cero empatía, cero comprensión y cero credibilidad desde la institución a la que acude buscando justicia. En su caso concreto, la denuncia fue desestimada bajo pretextos como que es muy raro que una víctima de violación tenga estudios universitarios o acuda a manifestaciones contra la violencia machista. "Cuando se trata de una mujer mayor de edad, y más si el agresor es alguien conocido, siempre está presente el factor del consentimiento y se olvida de que la persona tiene el derecho de parar en cualquier momento", algo que parece que muchos hombres no tienen asumido. 

Ana dibujó en un cómic lo que no se atrevía a contar en palabras aunque tampoco lo admitió la Justicia como prueba. La Asociación de Mujeres de Guatemala inaugura una campaña a la que han llamado #YoTeCreo para contar su historia, hacerle llegar las muestras de apoyo y lanzar un grito en firme contra la cultura de la violación, de la que muchos siguen siendo cómplices. 

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