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inmigración Aparece en Argelia el cadáver de la madre de Samuel, el 'Aylan de Barbate'

Las autoridades argelinas localizaron el cuerpo el jueves, casi un mes después del naufragio de la patera en la que viajaba junto a más personas. El teléfono que llevaba ha sido clave para confirmar su identidad

Imagen de Verónica y Samuel.

Las autoridades argelinas han localizado el cadáver de una mujer subsahariana cuya patera naufragó en aguas del Estrecho hace casi un mes. El teléfono móvil que llevaba les ha permitido confirmar que se trata de Véronique, la madre Samuel, el niño del Congo de seis años cuyo cadáver, hallado hace dos semanas en las playas de Barbate (Cádiz), conmocionó a localidad gaditana y volvió a poner sobre la mesa el drama de la inmigración y aumentó la oscura lista de muertos que se traga cada día el Mediterráneo.

Verónica desapareció el pasado 14 de enero. Intentaba llegar a las costas españolas junto a otras diez personas en una patera que zarpó desde Marruecos y que se hundió en el Estrecho. Seis cadáveres llegaron a distintos puntos de la costa gaditana y, dos semanas después, apareció el cuerpo de un niño subsahariano en la playa de Caños de Meca. Todo apuntaba a que era Samuel, a quien muchos denominan ya el Aylán de Barbate, pero el proceso de identificación no ha llegado a realizarse todavía.

Ha sido Argelia quien ha confirmado la hipótesis que manejaban las asociaciones Caminando Fronteras y Algeciras Acoge. Según ha explicado a Público Helena Maleno, de Caminando Fronteras, las autoridades argelinas encontraron ayer el cuerpo en la playa, en un estado de elevada descomposición tras un mes a la deriva entre las corrientes del Estrecho. El cadáver llevaba un teléfono móvil, el mismo desde el que se comunicó con Maleno poco antes de naufragar. "Nos decía que estaban muy mal, se entrecortaba todo el tiempo, se escuchaban gritos...", afirma Maleno, que se encargó de alertar y orientar a Salvamento Marítimo el día que el mar se tragó la patera y a sus ocupantes.

Del teléfono de Véronique se extrajo la tarjeta. En ella había números de Marruecos y de la República Democrática del Congo. Una de las llamadas que hizo la Policía argelina para identificar el cuerpo fue respondida por uno de los hijos de la fallecida. Se confirmaba lo que todos se temían.

Las autoridades argelinas han realizado la autopsia al cadáver, tienen muestras de su ADN y las huellas de la mujer. El padre de Samuel y marido de Véronique ha acudido a la embajada argelina en Kinsasa, capital del Congo, para confirmar la dramática noticia. Según explica Maleno, ha sido recibido por el cónsul de Argelia. "Les ha escuchado y les ha dicho que aún no tienen una notificación oficial de la Policía argelina, pero que en cuanto la reciban se les proporcionará un visado para que los familiares puedan ir a Argelia a reconocer y repatriar el cadáver".

Sin noticias de España

Nada que ver con la actitud de la Embajada española en la capital congoleña. Maleno, cuya función es acompañar y asistir a los familiares en el proceso de identificación y duelo tras tragedias como ésta, critica que los países norteafricanos tengan "más sensibilidad que los europeos" en casos así. Relata que el padre de Samuel no fue recibido por ningún diplomático español. Que nadie se ha puesto en contacto con él y que, cuando acudió a la embajada para saber si el cadáver de Barbate era Samuel sólo recibió un número de teléfono y una dirección de correo electrónico para que siguiera preguntando. 

El padre tendrá que esperar aún más para reunirse con el pequeño Samuel, cuyo cadáver espera en una morgue gaditana una prueba de ADN que aún no se ha podido cotejar. Nadie le ha tomado una muestra de ADN al padre para cotejar ni le han concedido un visado para reconocer el cadáver en Cádiz. Es lo habitual, tampoco se lo dieron a los familiares de las víctimas de El Tarajal, en Ceuta, lamenta Maleno. Fuentes del Instituto de Medicina Legal de Cádiz afirman que su trabajo está hecho, que lo que falta depende de otros. En concreto depende del Ministerio de Asuntos Exteriores y del de Interior.

La Oficina de Información Diplomática ha asegurado a Público que "se está trabajado en este tema", que la Embajada Española en Kinsasa "está en alerta y en contacto con las personas a las que hay que tomar muestras de ADN", pero que sólo son responsables de "la parte final del proceso" y que están "en coordinación con Interior". Un proceso burocrático que, según denuncian las ONG, no cuenta con un protocolo claro tras 30 años recogiendo cadáveres de inmigrantes en las costas andaluzas. El Ministerio del Interior, por su parte, no ha ofrecido ninguna información al respecto.

Mientras tanto, un hombre ha despertado en Kinsasa con el cadáver de su mujer en Argelia y el de su hijo en Cádiz.

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