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La jueza rechaza una orden de alejamiento para el monitor acusado de abusar de ocho discapacitados psíquicos en Barcelona

Otros cinco alumnos revelan que fueron violados por el extrabajador de la escuela de educación especial Taiga de Barcelona 

El monitor fue detenido en 2007, pero permanece en libertad. / ARCHIVO

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El monitor deportivo de la escuela educación especial Taiga de Barcelona, que había sido acusado de haber abusado sexualmente de al menos tres alumnos, podría haber forzado a cinco más, informa La Vanguardia. Detenido en mayo de 2017 por abusos, hacía más de veinte años que trabajaba con discapacitados intelectuales en el citado centro, donde ahora han aflorado más presuntos casos de agresión sexual.

Las supuestas víctimas que lo han denunciado ante la Justicia serían ocho, aunque sobre el acusado solo pesa una orden de alejamiento respecto a las tres primeras. La jueza acaba de desestimar una orden al respecto, pese a que los afectados, gracias a la ayuda de pedagogos, solo revelaron los hechos a su círculo más cercano después de sufrir los abusos en silencio. Algunos han confesado que el monitor de baloncesto, de 48 años, llegó a violarlos y a obligarlos a practicar felaciones.

Cuando fue arrestado en mayo de 2017, los familiares de algunos alumnos se pusieron en guardia, pues en los últimos meses habían advertido cambios de humor en sus hijos, añade La Vanguardia. Los jóvenes, de edades entre los diecisiete y los veintiún años, tienen entre un 65% y un 75% de discapacidad, con distintos grados de autismo. Los fines de semana, salían con el equipo de baloncesto y, según sus declaraciones, el profesor los encerraba en su habitación, donde los sometía a tocamientos y, en algunos casos, los violaba. 

Aunque tiene prohibido acercarse a las presuntas tres primeras víctimas, el monitor (que se encuentra en libertad, aunque debe presentarse cada semana en el juzgado) sigue cruzándose a diario con las otras cinco. El nerviosismo que les provoca, según el diario barcelonés, llevó a sus abogados a solicitar a la jueza que ordenase su ingreso en prisión. Ante la negativa, pidieron una orden de alejamiento, pero también fue denegada. La jueza considera que los nuevos casos no suponen un agravante y que las víctimas no merecen protección.

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