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Libertad provisional para los detenidos por agredir a nueve guardias civiles en Algeciras

Para decretar la libertad provisional, la jueza argumenta que no hay peligro de destrucción de pruebas "ni se percibe un riesgo especial de atentar contra bienes jurídicos de las víctimas".

Un agente de la Guardia Civil en una imagen de archivo. - EFE

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Una jueza de instrucción de Algeciras (Cádiz) ha acordado este martes dejar en libertad provisional sin fianza a cinco de los ocho detenidos por agredir a nueve guardias civiles de paisano el pasado mes de mayo y ha impuesto una fianza de dos mil euros a los otros tres.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha informado de que la magistrada ha impuesto como medidas cautelares para los ocho detenidos la retirada del pasaporte, la prohibición de salida de territorio nacional, la obligación de comunicar cualquier cambio de domicilio y comparecer los días 1 y 15 de cada mes.

La Fiscalía había solicitado el mantenimiento de la prisión provisional para los ocho investigados, mientras que las defensas pedían la libertad provisional al considerar que no hay riesgo de fuga.

En un auto notificado a las partes, la jueza considera que, de lo actuado, pueden extraerse indicios racionales de que se produjeron los delitos de atentado y desórdenes públicos.

Para decretar la libertad provisional, argumenta que no hay peligro de destrucción de pruebas "ni se percibe un riesgo especial de atentar contra bienes jurídicos de las víctimas".

Añade que, en el caso de estos ocho investigados, se trata de ciudadanos que cuentan con arraigo en España, que tienen familia y domicilio conocido y, en la mayoría de los casos, trabajo.

Los hechos ocurrieron el 12 de mayo sobre las seis de la tarde o cuando los nueve agentes, miembros de la unidad de los GAR desplegada en el Campo de Gibraltar para reforzar la lucha contra el narcotráfico, salieron de comer en un restaurante de Algeciras, disfrutando de su domingo libre.

Según fuentes policiales, cuando fueron a recoger sus vehículos en un aparcamiento en la calle, se encontraron a varias personas que celebraban una primera comunión en un restaurante aledaño y que les cortaron el paso y comenzaron a insultarles y a agredirles.

Pronto se sumaron otros asistentes a la comunión y, mientras los agentes se identificaban como tales y trataban "de calmar los ánimos", la violencia del grupo aumentó y empezaron a tirarles piedras, adoquines, ladrillos e incluso con algún bate de béisbol.

La violencia fue tal que uno de los agentes hizo tres tiros al aire, mientras que dos patrullas de la Policía Nacional acudían a ayudar a los agentes.

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