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Derechos Humanos Denuncian que el mundial de Catar se jugará en "estadios bañados de sangre"

Dos Premios Nobel, Rigoberta Menchú y Lech Walesa, respaldaron este jueves en Madrid un informe de la Fundación argentina para la Democracia Internacional que denuncia las condiciones laborales y humanas en que trabajan los obreros extranjeros de las infraestructuras del Mundial de Fútbol de Catar 2022.

Maqueta del estadio Al Rayyan de Catar 2022 / @Loc Web de la Fifa

Público / EFE

Los nobel de la paz Lech Walesa y Rigoberta Menchú respaldaron hoy un informe de la Fundación argentina para la Democracia Internacional que denuncia las condiciones laborales y humanas "reprochables" en que trabajan los obreros extranjeros de las infraestructuras del Mundial de Fútbol de Catar 2022.

El presidente de la Fundación, Guillermo Whpei, presentó en Madrid el informe "La trama de explotación y corrupción del Mundial de Fútbol Catar 2022" y responsabilizó de la situación a las autoridades cataríes, las empresas y la FIFA.

"Van jugar en estadios bañados de sangre, nuestra idea es hablar con futbolistas y federaciones de fútbol para contárselo", dijo Whpei.

El documento, ya entregado al papa Francisco, se basa en investigaciones de Amnistía Internacional (AI), la Confederación Sindical Internacional (CSI), Human Right Watch y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otras entidades.

Whpei arremetió contra la Organización Internacional del Trabajo (OIT) porque, según aseguró, ésta organización "dio todo por bueno, todo está perfecto" en Catar. Según AI, en esas obras murieron hasta la fecha unas 2.000 personas, principalmente nepalíes.

Whpei aseguró que hay 40 millones de "esclavos" en el mundo, que producen directa o indirectamente gran parte de lo que consumimos. Aseguró que ya la designación de Catar 2022 fue "viciada" y hay miles de personas que sufren "esclavitud" allí, sobre todo extranjeros.

Por eso, pidió a la FIFA que el mundial sirva no solo para ganar dinero, sino también para el progreso social. El país tiene unos dos millones de trabajadores inmigrantes, que son alrededor del 95% de la fuerza laboral total. El 40% está empleado en la construcción.

A pesar de los cambios laborales de 2015, AI y la CSI denunciaron que se mantienen elementos claves de la ley de 2009 que facilitan los "abusos graves". "Por ejemplo, los empleadores pueden impedir que los trabajadores cambien de trabajo durante cinco años y también pueden retenerles el pasaporte con su consentimiento por escrito", según el informe presentado hoy.

Whpei habló de jornadas de 16 y 18 horas sin descanso semanal, retraso de salarios, trabajo con altísimas temperaturas, en condiciones insalubres y alojamientos hacinados. "Debemos comprometernos con la verdad y no acostumbrarnos al horror como lo normal", pidió.

AI no solo denunció al Estado de Catar como principal responsable de las violaciones de derechos, sino también a las empresas por incumplirlos. La Fundación para la Democracia Internacional entiende que las empresas son responsables de los derechos de sus empleados y de los de los trabajadores que prestan servicios en subcontratas.

La FIFA, por su parte, afirmó en 2017 que "se toma muy en serio las condiciones laborales y los derechos humanos", y prueba de ello es la "minuciosa supervisión que lleva a cabo in situ" en las obras.

El polaco Walesa dijo que es necesario que los sindicatos sigan luchando por los derechos laborales en muchos países y difundir mundialmente los abusos.

"La impunidad camina junto con la corrupción, y ambas son parte de las más profundas violaciones de los derechos humanos, especialmente los laborales y de los migrantes de Catar", comentó la guatemalteca Rigoberta Menchú

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