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Migrantes en Libia MSF pide el cese de las detenciones arbitrarias de migrantes devueltos a Libia

La ONG, que ha prestado atención sanitaria en algunos centros de detención libios, asegura que las condiciones en las que se recluye a los migrantes son pésimas, sin registro y sin garantías judiciales de ningún tipo. "Hemos llegado a ver cómo un grupo de personas interceptadas en el mar eran llevadas desnudas al centro de detención", denuncia.

Un militar libio custodia a cientos de personas encerradas en una centro de detención de inmigrantes de Libia-. MSF

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La Guardia Costera libia es, desde hace meses, la única dueña de los destinos de miles de personas que tratan de cruzar el Mediterráneo central desde el norte de África hasta Europa. El porcentaje de intervenciones de estos guardacostas ha ido aumentando a lo largo de los últimos años hasta llegar a hacerse cargo de la práctica totalidad de los rescates de migrantes.

No en vano, la Unión Europea y, sobre todo, Italia, se han encargado de financiar, equipar y formar a estos guardacostas y de despejar el terreno de barcos de ONG independientes, a las que se ha prohibido el acceso a puertos italianos y malteses, lleven o no personas rescatadas a bordo.

Si embargo esos rescates libios no garantizan en absoluto que los migrantes estén fuera de peligro, sino un retorno al horror de su última parada antes de zarpar hacia Europa. Una vez que llegan a puerto, los rescatados son detenidos e internados en los centros de detención libios.

Por esta razón, la ONG Médicos Sin fronteras (MSF) ha exigido que se ponga freno a la detención arbitraria de los refugiados y migrantes interceptados por la Guardia Costera libia.

Según los datos facilitados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 11.800 personas que viajaban a bordo de precarias y sobrecargadas embarcaciones en el Mediterráneo han sido devueltas a Libia en lo que va del año y la mayoría acaba, en el mejor de los casos, en estos centros de detención, que según la ONG, no están regidos por ningún tipo de regulación.

“Es inadmisible que personas que acaban de sufrir una situación traumática en el mar, que han visto sus vidas pendiendo de un hilo, tengan que pasar por un sistema de detención arbitraria que se ha demostrado dañino y explotador", critica Karline Kleijer, coordinadora de emergencias de MSF. "Muchos ya han soportado niveles alarmantes de violencia y explotación tanto en Libia como durante los terribles viajes que les han llevado desde sus lugares de origen hasta este país. Entre estas personas hay muchas víctimas de violencia sexual, tráfico, tortura y malos tratos. Entre los más vulnerables hay niños (que muchas veces viajan sin un padre o tutor), mujeres embarazadas o lactantes, ancianos, personas con discapacidades mentales o con problemas de salud graves", asevera.

"Hemos llegado a ver cómo un grupo de personas interceptadas en el mar eran llevadas desnudas al centro de detención, ya que habían perdido todas sus pertenencias en el mar y la Guardia Costera libia no les facilitó ropa de repuesto", denuncia la ONG.

Un miembro de MSF en una de las celdas de un centro de detención de migrantes en Libia.- MSF

Un miembro de MSF en una de las celdas de un centro de detención de migrantes en Libia.- MSF

Un agujero negro de personas

Como resultado del aumento de las interceptaciones en el mar, los equipos de MSF en ciudades libias como Misrata, Khoms y Trípoli alertan de que se está produciendo un dramático aumento en el número de refugiados, migrantes y solicitantes de asilo recluidos en unos centros de detención cuyas condiciones "son completamente indignas y que llevan tiempo sobrepoblados". Recientemente, y en apenas un solo día, MSF proporcionó asistencia médica a 319 personas interceptadas en el mar y posteriormente llevadas a un centro de detención en Trípoli. La mayoría de ellos ya habían sido mantenidos en cautiverio durante meses por parte de los traficantes de personas.

La ONG, que presta atención médica básica en algunos de estos centros en el país norteafricano, ha comprobado de primera mano y documentado al detalle las pésimas condiciones estos lugares que encierra a personas no han comentido ningún delito. Pero eso no es lo peor, apunta la ONG, que destaca que el mayor problema es que no existe un registro formal ni una gestión de datos adecuada, no hay forma de saber lo que sucede con las personas una vez son llevados a un centro de detención y los detenidos no tienen la opción de impugnar la legalidad de su detención o de los tratos que reciben allí dentro.

Unas 15.000 personas se han acogido a los programas de retorno voluntario a sus países, pero sólo porque es la única forma de salir de los centros de detención

Según esta ONG, la única forma de salir de estos centros de detención es el programa de "retorno voluntario", desarrollado por la Organización Internacional para las migraciones (OIM), dependiente de la ONU y ACNUR, que intensificaron este programa después de que la CNN documentara la venta de personas como esclavos en este estado fallido tras la guerra de 2011. Aún así,  solo prestan ayuda a una proporción muy limitada de la población refugiada y migrante que se encuentra atrapada en Libia. Por su parte, ACNUR ha evacuado a más de mil refugiados especialmente vulnerables de estos centros de detención, pero la mayoría han sido llevados a Níger, donde esperan con urgencia el reasentamiento en otros países.

Medidas, en cierto modo, positivas, aunque MSF cuestiona por estos motivos que el programa de retorno sea voluntario: "No tienen otra alternativa formal para salir de los centros de detención", insiste.

Abusos de todo tipo

"En Khoms hay más de 300 personas, incluidos niños pequeños. Todos ellos están encerrados en un centro de detención completamente abarrotado. El calor es sofocante, no hay ventilación y hay muy poco acceso al agua potable; lo que tienen allí es agua salada mezclada con residuos", comenta Anne Bury, coordinadora médica adjunta de MSF en Libia.

"En una de las celdas hay alrededor de 150 detenidos, que están encerrados las 24 horas del día"

"En estos centros de detención la situación es insostenible y muy tensa; las personas están expuestas a abusos de todo tipo. En una de las celdas hay alrededor de 150 detenidos, que están encerrados las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Allí no tienen garantía alguna de seguridad. La gente está desesperada y hay muchos detenidos con heridas graves y huesos fracturados. Se producen muchos intentos de fuga y algunas personas están en huelga de hambre desde hace días o semanas", enumera.

"Inhumanas" políticas europeas

La situación actual, opina MSF, es el resultado de las "inhumanas políticas europeas" que tratan de evitar "a cualquier precio" que refugiados, migrantes y solicitantes de asilo lleguen a poner un pie en Europa. 

"Devolver a todas estas personas a Libia es algo que los barcos no libios no pueden hacer legalmente", recuerda la ONG, ya que este país no es reconocido como un lugar seguro por parte de la comunidad internacional. "Los refugiados, solicitantes de asilo y migrantes interceptados en el mar no deberían ser devueltos a Libia, ni deberían ser detenidos allí arbitrariamente en condiciones inhumanas. La solución que promueve Europa para evitar que todas estas personas lleguen a sus costas es inaceptable”, concluye Karline Kleijer.

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