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Entrevista a Amparo Rubiales Amparo Rubiales: "En el patriarcado la función de una mujer madura solo es la de cuidar a los nietos y las nietas"

En esta entrevista, Amparo Rubiales, política y doctora en Derecho, denuncia la función que el patriarcado reserva para las mujeres maduras. Afirma que "debemos intentar ser quienes queremos ser en todas las edades. La vejez no debe cambiar tus ansias de libertad e igualdad". 

Amparo Rubiales.

Si hay una palabra que defina a Amparo Rubiales es la de feminista. Una filosofía de vida con la que ha forjado su pasado, apuntala su presente y con la que sueña y trabaja por un futuro más justo y democrático. Y es que a esta abogada, si algo le ha aportado su activismo, es saberse cada día más segura. Tanto que, a sus 72 años, mira toda lo vivido con cariño y siente que sigue estando en la flor de la vida. Una conquista que ha conseguido, tal y como ella reconoce, por ser rebelde desde la mismísima cuna, tener “la sana costumbre de ponerse el mundo por montera” y ”hacerle peinetas a los machistas” con los que se encuentra en el camino de la vida.

La vejez no libera a la mujer; a la mujer solo la libera tener una vida propia, autónoma. Pero sí, si has conseguido tener buenas condiciones y eres una persona independiente, te sientes mucho más segura en la vejez, con menos miedos. Además yo tengo una buena costumbre de toda la vida, que es hacer “peinetas” a los machistas con los que me encuentro”, comenta a Público.

Eso sí, preguntada sobre si la edad es un estigma que carga la mujer en esta sociedad, esta política socialista, doctorada en Derecho y profesora titular de Derecho Administrativo en la Universidad de Sevilla, contesta con un rotundo "sin duda".  "Ten en cuenta que la función de la mujer, además de ser madre y esposa, es la del agrado. Tenemos como misión en el patriarcado cuidar y agradar, y con la vejez baja, en grandes proporciones, lo del agrado. ¡Aunque yo me agrado mucho y no me importa lo que los demás digan!”, recalca.

Si las palabras se las lleva el viento ¿a dónde van las de una mujer madura? ¿Tienen peso en esta sociedad machista?

Las mujeres maduras o mayores, para que no nos asusten las palabras, tienen muchas más dificultades para ser visibilizadas que las jóvenes. En general, el envejecimiento no está muy bien tratado. La palabra vejez tiene un significado peyorativo, negativo, indudable. Ahora vivimos mucho y eso de la vejez activa no está nada bien resuelto. Y en el patriarcado, la función de una mujer madura solo es la de cuidar, ahora básicamente, a los nietos y nietas.

Yo he sido siempre una mujer afortunada y procuro, no sin esfuerzo y como siempre he hecho, que mi palabra esté presente. Sigo activa en las redes sociales, algo que no suele ocurrir con las personas de mi generación, escribo artículos, aunque ya casi exclusivamente sobre feminismo.  Porque me di cuenta hace años que de otros temas, como de Derecho o de Política, que son las cosas a las que me he dedicado, saben todos. Pero de feminismo menos, aunque afortunadamente, esto también se va corrigiendo y cada vez estamos más presentes en el debate social. También estoy pensando escribir un libro autobiográfico más. Pero sí, las mujeres maduras pintamos poco, muy poco. Y tampoco es justo.

¿La sociedad ignora a las que no cumplen con la imagen patriarcal de la juventud?

La sociedad penaliza y culpabiliza a quienes no cumplen las reglas del patriarcado que siempre ha existido. Por eso es tan difícil acabar con él. Porque “siempre se ha hecho así́”, te dicen, pero las jóvenes tienen que aprender a acabar con estas normas creadas por los hombres. El patriarcado no es, ni más ni menos, que el sometimiento de la mujer al poder del hombre.

Ahora que es abuela ¿tiene algo en común con ellas?

Solo conocí a una de mis abuelas y muy poco, pero no tenía nada que ver con ella. Casi tampoco tenía nada que ver con mi madre, ni con mis tres tías “solteras de la guerra”, que cuidaron a mi hija e hijo. En mi vida siempre he tenido mujeres que me han permitido escapar a la regla del patriarcado: la de ser solo esposa y madre.

Lo de “a la vejez viruelas”… ¿Podemos ser quienes queramos sin importa la edad?

Debemos intentar ser quienes queremos ser en todas las edades. La vejez no debe cambiar tus ansias de libertad e igualdad. La edad es inexorable, pero no las actitudes, la mente, los comportamientos. Éstos no envejecen. Me gusta mucho que las feministas jóvenes me digan que soy un referente para ellas. Eso significa que ha merecido la pena lo hecho.

Tres palabras que a los hombres no les quedan claras: “no es no”

En tres palabras: sólo “sí es sí”, y si no, es no. No lo entienden ni lo van a entender por las buenas; seguirán ridiculizándonos, pero si atacan a las mujeres sexualmente tendrán problemas serios con la justicia, con la sociedad y con el feminismo. No somos objetos de placer para los hombres. Y no queremos ni abrirnos de piernas para darles gusto ni alquilarles nuestros vientres, porque deseen ser padres. Y no confundimos el amor que no hace daño, con la agresión que viola.

Además de feminista ¿cuál es la palabra que la representa?

Igualdad. Igualdad entre hombres y mujeres. Sin ella no hay libertad. Lo que más deseo es un mundo en el que la igualdad sea real, porque ésta, o es real o no es igualdad y esto solo lo puede conseguir el feminismo. El feminismo es el movimiento social y político más importante que existe. Es el movimiento que defiende los derechos de la mitad de la humanidad que somos las mujeres. Hemos tenido ya tres olas en la historia del feminismo, y espero que esta cuarta nos lleve al fin del patriarcado. Las feministas históricas hemos pasado unos años en los que teníamos dificultades para que nos entendieran. Nos decían que lo nuestro eran cosas del pasado. El gran cambio ha venido por la incorporación de las mujeres de todas las generaciones al feminismo. Las manifestaciones de este año, con abuelas, hijas y nietas nunca se habían dado antes, y esto es un cambio sustancial. La revolución o es feminista o no será́.

¿Al machismo dónde lo manda?

A su fin. El machismo es una consecuencia del patriarcado; si acabamos con este acabaremos con el otro. ¡Con el machismo hay que ser intransigentes y no pasarle ni una!

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