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Festiclown lleva el humor a Palestina: "La risa es el alimento de la esperanza"

Un equipo de 39 personas, formado por acróbatas, payasos y músicos, recorre colegios y campos de refugiados para denunciar que hay personas que llevan 70 años viviendo un sistema genocida.

Una acróbata de Festiclown en una actuación en un colegio de Belén. / HUGO FERNÁNDEZ ALCARAZ

No es la primera vez que Festiclown, el Festival Internacional del Clown, llega a Palestina para denunciar la ocupación haciendo lo que mejor se les da, usando las risas y acrobacias. En esta quinta edición, un equipo de 39 personas está recorriendo varias localidades desde el pasado lunes "para continuar con esta labor de ciudadanía que le dice a la humanidad que Israel no puede seguir siendo un lugar sano, y un lugar donde la vida vale menos que un anuncio de televisión", manifiesta a Público el director de Festiclown y Pallasos en Rebeldía, Iván Prado. 

Hasta al próximo 30 de septiembre, las actividades circenses y la música no pararán en colegios o campos de refugiados como el de Jan Al Ahmar en Cisjordania, que se enfrenta a una orden de demolición inminente. "Hemos estado en Hebrón, hemos estado en el campamento de refugiados de Aida, en Belén, en Balata, en Nablus... Pero vamos a continuar por Gaza, y más ciudades de Cisjordania como Ramala", especifica Prado a este diario. 

En esta ocasión, el grupo valenciano ZOO también se ha unido "para conocer un lugar que nos queda tan lejos en lo geográfico pero tan cerca en lo político y en lo ideológico", afirmaba el cantante Toni Sánchez. "Lo que más nos ha sorprendido es presenciar tan de cerca la realidad de aquí y al mismo tiempo ver la alegría con la que reciben a gente que venimos desde tan lejos, con propuestas diferentes", aseguraba Sánchez. 

El objetivo de esta iniciativa es denunciar el hecho de que "hay personas, como los palestinos y palestinas, que llevan viviendo 70 años bajo un sistema genocida, algo que a la comunidad internacional parece que ni le va ni le viene", sostiene Iván Prado.

"La población palestina está cada vez más agotada"

La lucha continua de los palestinos contra esta ocupación hace que "la población palestina esté cada vez más agotada y cansada, más decepcionada y frustrada con los gobiernos europeos, y occidentales en general", afirma Prado cuando hace un análisis de los cambios que ha visto desde la primera edición de Festiclown hasta ahora. "Desde el 2011 hasta el 2018 lo que ha cambiado es que la posible solución diplomática internacional cada vez se ve más lejana", reafirma.

Una solución que no llega pese a su demanda y pese a que un total de 185 palestinos han muerto desde que se iniciaron las protestas en Gaza el pasado 30 de marzo, en el marco de la llamada Gran Marcha del Retorno. La inestabilidad continúa en la Franja de Gaza, en donde el pasado domingo un joven murió y otros 20 resultaron heridos, según informó el portavoz del Ministerio de Sanidad palestino, Ashraf Al-Qedra.

Sin embargo, esta situación de desesperación no acaba con la esperanza de un pueblo que "se siente aislado del mundo", según señala Prado, quien además cree que "esta gente es la que más ama el arte, es la que más hambre tiene de cultura y la que más agradece un simple abrazo". 

Hasta al próximo 30 de septiembre, las actividades circenses y  la música no pararán en Palestina. / HUGO FERNÁNDEZ ALCARAZ

Hasta al próximo 30 de septiembre, las actividades circenses y la música no pararán en Palestina. / HUGO FERNÁNDEZ ALCARAZ

"La risa es el alimento de la esperanza"

Las actuaciones de este equipo son energía y esperanza para los palestinos, y sobre todo para los niños que se ríen y se suben al escenario o "toman el patio del colegio y se hacen los protagonistas, y brillan como si fueran una supernova", menciona el director de Festiclown. Para él, "la risa es el alimento de la esperanza. Un pueblo con esperanza es un pueblo imbatible. La esperanza es mejor antídoto contra el miedo."

Por ese motivo quizás, a los que llevan la risa a este territorio ocupado los paran por la calle para saludarlos, abrazarlos y para invitarlos a casa. "No sé si somos terapéuticos o no, pero de alguna manera transmitimos una energía y una posibilidad de que mañana vamos a vivir en un mundo mejor", asegura Prado.

Iván Prado: 'La risa es el alimento de la esperanza'. / HUGO FERNÁNDEZ ALCARAZ

Iván Prado: "La risa es el alimento de la esperanza". / HUGO FERNÁNDEZ ALCARAZ

La meta del payaso, de este en concreto, es "cuestionar al poderoso" y mostrar "a toda la gente del circo, a todas las personas que se dedican al arte que nuestra labor es costurar los dolores de la humanidad", apunta Prado. Por ese motivo cree necesario estar en lugares de conflicto como en Palestina, en el Sahara, o en las comunidades indígenas de Brasil o Chiapas.

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