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Rescates en el Mediterráneo Dos ONG españolas denuncian los retrasos del Gobierno para dejar zarpar a su barco de rescate hacia el Mediterráneo 

El proyecto Maydayterraneo, de las organizaciones Salvamento Marítimo Humanitario y Proem Aid, tiene listo un buque de rescate de migrantes y refugiados desde hace meses, pero Fomento aún no ha dado respuesta a sus solicitudes para navegar. El Ministerio afirma que el expediente está en trámite y que tiene seis meses de plazo para responder.

El barco Aita Mari, del proyecto Maydayterraneo.- MAYDAYTERRANEO

Hace más de dos meses que el barco Aita Mari espera en el puerto de Donosti la luz verde que le permita zarpar. Es el buque que la organización Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) junto a Proem Aid han transformado de atunero a unidad de rescate de personas migrantes y refugiadas. Bajo el paraguas del proyecto Maydaterraneo, pretender fletar un barco con bandera española para patrullar las aguas del Mediterráneo Central, una ruta migratoria en la que hace más de un mes que no hay ninguna ONG de rescate.

Sin embargo, Maydaterraneo denuncia que el Ministerio de Fomento está haciendo oídos sordos a su petición de zarpar. "El Gobierno español no nos ha dado ninguna respuesta a nuestra solicitud para navegar", ha denunciado la organización en un comunicado tras dos meses de "silencio administrativo". "Entendemos que su carga de trabajo puede ser alta pero el objetivo de este buque debería de ser una prioridad para todos los actores relacionados con el mar", lamenta Maydaterraneo.

La organización lleva más de un año trabajando en este proyecto. Entre donaciones y una elevada subvención del Gobierno vasco lograron comprar un viejo atunero de 32 metros de eslora al que han bautizado con el nombre de Aita Mari, en homenaje al marinero guipuzcoano José María Zubía, que murió en 1866 rescatando a marineros náufragos en la bahía de San Sebastián. Tras el largo proyecto de reconversión del pesquero en unidad de rescate, ya sólo falta el permiso de navegación del Gobierno, que depende de la Dirección General de la Marina Mercante (Fomento).

El proceso burocrático es tedioso, explica a Público Iñigo Mijangos, portavoz de Maydaterraneo. Sin embargo, desde el primer momento se pusieron manos a la obra para la reducir los tiempos al máximo. "Es un trámite habitual cuando se cambia de actividad un barco. Un ingeniero naval ha supervisado y presentado el proyecto de reconversión del Aita Mari. Al tener más de 24 metros de eslora, el proyecto debe ser revisado por la Subdirección General de Inspección Marítima, que después debe dar trámite al expediente para recibir el permiso de navegación", resume.

"Si este barco fuera un pesquero no tardarían más de dos o tres semanas en dar el visto bueno", critican

"Digamos que estamos en el segundo paso. El 8 de agosto presentamos en la
Capitanía de Pasajes el proyecto de reforma del buque Aita Mari para su aprobación. La inspección de esa capitanía tramitó la solicitud con un informe favorable a la Subdirección General de Inspección Marítima el 22 del mismo mes. Tras haber cumplimentado la información adicional requerida estamos pendientes de su resolución o indicaciones de subsanación si fueran necesarias", explica Mijangos. Pero de momento sólo hay silencio. "La Administración tiene seis meses de plazo para este trámite, pero si este barco fuera un pesquero no tardarían más de dos o tres semanas en dar el visto bueno", comenta receloso el portavoz de Maydayterraneo, que no ve "lógica esta demora" que, desde su punto de vista, "no tiene justificación". "Hemos pasado el primer filtro, hemos cambiado lo que nos han pedido. Nos preocupa que tengamos estas dificultades en este punto, porque todavía falta el permiso final para poder navegar con bandera española", advierte el cooperante.

Por el momento, Mijangos no se atreve a aventurar las razones de este retraso, aunque teme que, al tratarse de un barco de rescate, pueda haber algún tipo de intención política. Las dificultades de las ONG que operan salvando vidas en el Mediterráneo central han ido aumentando en los últimos años, desde la negativa de Italia o Malta para que zarpen o desembarquen a las personas rescatadas en sus puertos, hasta procesos judiciales por supuesta connivencia con las mafias del tráfico de personas. El último barco de una ONG que navegó por la zona de rescate entre Libia e Italia fue el Aquarius, de Médicos son Frontera y SOS Mediterranée. Hace un mes de eso debido a trabas gubernamentales para navegar.

El ministro de Fomento, José Luis Ávalos, ha asegurado a Público que el expediente del Aita Mari está "en trámites" y recuerda que el plazo legal para dar respuesta consta de seis meses, aunque espera no agotarlo. También ha indicado que en modo alguno es la intención del Gobierno impedir que haya buques españoles que rescaten a migrantes y refugiados, informa Manuel Sánchez.

Menos llegadas, más muertes

Maydaterraneo recuerda que el invierno ya está llegando y, con él "se reduce el flujo de personas" que intentan llegar a Europa en precarias balsas, pero "el ratio de víctimas aumenta significativamente". Precisamente es eso lo que ha ocurrido durante el 2018. Apena 22.000 personas migrantes han desembarcado en Italia en lo que va de año, cuando fueron 114.000 aproximadamente las que llegaron en el mismo periodo de 2017, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), dependiente de la ONU.

Más de 1.200 personas han muerto o desaparecido en el Mediterráneo central sólo en 2018

Un descenso más que significativo debido al cierre de puertos decretado por Matteo Salvini y los acuerdos entre Italia, la UE y los llamados guardacostas libios para interceptar y devolver al país norteafricano a todos los migrantes posibles. Hay menos llegadas, sí, pero también más muertos o desaparecidos por cada migrante que consigue sobrevivir a la travesía. Si en el 2017 muerieron o desaparecieron 2.853 personas en el Mediterráneo central, en estos primero 11 meses de 2018, el mar se ha tragado 1.257. Según los cálculos de la OIM, el número de muertos en proporción al número de los que logran llegar a tierra ha pasado del 2% en 2017 al 3,2% en 2018.

"La persecución política y mediática de algunos de los gobiernos del litoral Mediterráneo ha producido que, en la actualidad, no haya ningún barco de ONG de rescate en la zona. Además, los cuatro buques que sí podrían operar allí ahora mismo han sufrido diversas formas de hostigamiento. Y esto se añade a la voluntad de las instituciones europeas de presentar Libia como un país seguro, un aliado fiable, cuando los analistas demuestran que es, más bien, un estado fallido en manos de milicias fuertemente armadas", critica Maydayterraneo al tiempo que pide más celeridad a las autoridades españolas.

La organización ha lanzado una campaña de recogida de firmas para hacer ver al Gobierno que "que la sociedad quiere defender la vida en el mar". "El Aita Mari, como buque de bandera española, necesita la autorización para navegar de la Dirección Gral. de la Marina Mercante. Por tanto, sólo falta la firma de su director general, Benito Núñez Quintanilla", alega la ONG.

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