Entrevista a Paula Guerra, presidenta de SOS Racismo Madrid "Hay gente que reconoce ser machista sin querer, pero con el racismo no pasa eso"
Paula Guerra, presidenta de SOS Racismo Madrid, explica en esta entrevista los motivos de la manifestación del este domingo en Madrid contra el racismo institucional, repasa los motivos y expresiones del racismo social y valora las políticas del nuevo Gobierno en materia migratoria y de extranjería.
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Sociedad
De una conversación entre tres amigos a la que se fueron sumando más personas y colectivos de migrantes, el 12 de noviembre del pasado se visibilizó el proceso del Movimiento de Acción Política Antirracista (MAPA12N). Lo hizo con la primera manifestación en Madrid contra el racismo institucional y, este año, ya cuenta los días para la segunda convocatoria, el próximo domingo a las 17.00 horas, desde Cibeles a la Puerta del Sol.
Paula Guerra (Santiago de Chile, 1976), "chilena de origen, madrileña por decisión", como se autodenomina, es presidenta de SOS Racismo Madrid, uno de los colectivos impulsores de esta marcha. Esta licenciada en Comunicación Social explica de forma clara y contundente las razones por las que salen a la calle, que van más allá del normalizado "vete a tu país, sudaca de mierda" que escuchan cotidianamente, asegura. Repasa uno a uno los aspectos racistas del Estado, del Gobierno de Pedro Sánchez e, incluso, dentro del propio activismo antirracista. Defensora que sean los migrantes y racializados los que tengan el protagonismo de la lucha antirracista, Guerra también pide al movimiento feminista que haga una importante reflexión: "¿Cuántas de las que se autodenominan feministas se manifestaron contra los abusos a las temporeras de la fresa? Luego deben preguntarse por qué no nos sentimos representadas con su lucha".
¿Se han acercado más colectivos en esta segunda manifestación?
Sí, se han acercado personas del colectivo gitano, del movimiento moro-musulmán y muchas personas jóvenes.
Luchar contra el racismo institucional es una de las banderas. ¿Cómo explicáis este concepto tan difícil de entender para quien no lo sufre en el día a día, a la personas blancas occidentales?
El racismo no es una cuestión anecdótica que tenga que ver con personas individuales con una moral racista que insultan a personas racializadas por la calle. Eso sólo es un aspecto del racismo social, que tiene que ver con el racismo como concepto estructural. Intentamos explicar que el racismo es una cuestión de estructura, tiene que ver con cómo se construye Europa y sus Estados nación. Está relacionado con el proyecto de la Modernidad, surgido en 1492, cuando Colón invade América y tortura, asesina y viola a las personas que allí vivían. A partir de ese momento, los europeos encuentran a unas gentes que no sabían que existían, que no sabían si eran del todo humanas, si tenían alma.
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"El proyecto civilizatorio de Europa con al resto del mundo sigue presente a día de hoy"
Es entonces cuando se construye el concepto de “otredad”, los que no son como nosotros. Ahí surge el racismo como jerarquía que estructura el mundo. Es a partir de ese encontronazo de los europeos con personas que no son como ellos, que no hablan como ellos, que no tienen el mismo dios que ellos, que no visten como ellos, que no aman como ellos cuando surge la Modernidad como proyecto civilizatorio de Europa al resto del mundo. Eso sigue presente a día de hoy.
¿De qué forma sigue estando presente?
El racismo estructural se sigue utilizando a día de hoy para subalternizar a países, continentes enteros, a millones de personas. En España, una persona migrante que quizás tiene la piel blanca, el pelo claro y los ojos verdes no recibirá un insulto de un nazi por la calle, pero quizás sí le va a afectar la Ley de Extranjería si un día le para la Policía y le lleva a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). Puede ser expulsada a su país aunque lleve 30 años sin estar allí. Eso es racismo de estructura. No es sólo que me digan “vete a tu país sudaca de mierda”, sino que esa persona pueda ser deportada, encerrada en un CIE. El racismo institucional son las devoluciones en caliente, las deportaciones de migrantes exprés, trabas para acceder o renovar un permiso de trabajo, para llegar a Europa y pedir protección internacional. Todo eso tiene que ver con la con la forma de jerarquizar el mundo por criterios étnico-raciales mediante leyes, normativas y prácticas.
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Pocas personas se consideran racistas o piensan que España sea racista. Sin embargo, en alguna ocasión has denunciado que ciertos comportamientos racistas se dan incluso dentro de una organización antirracista.
"Las mismas personas migrantes racializadas podemos llegar a ser racistas también"
Sí, lo afirmo, y no es un insulto, es constatar un hecho. Incluso las mismas personas migrantes racializadas podemos llegar a ser racistas también. Igual que en un sistema-mundo que es heteropatriarcal todos y todas somos machistas (porque tenemos conductas y pensamientos heteropatriarcales), en un sistema-mundo racista, todos podemos ser y tener comportamientos racistas, es como nos han criado.
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Esta afirmación suele despertar polémica y conflicto.
Sí, cuando expongo esto en una charla hay gente que se levanta y te dice: “Perdona, a mí no me llames racista”. No lo entiendo. Hay gente dispuesta a reconocer que tiene comportamientos machistas sin darse cuenta, pero no ocurre lo mismo con el racismo, no llegan a entender el racismo como sistema de estructura, de jerarquización.
Con ejemplos claros: las personas migrantes racializadas hemos sufrido comportamientos racistas de parte del movimiento antirracista cuando nos han dicho que no podemos escribir el manifiesto de una protesta porque se tiene que hablar de racismo en general y nosotros sólo vamos a hablar de la Ley de Extranjería. Cuando nos dicen que no sería bueno que una persona senegalesa sea portavoz porque quizás no se va a explicar bien. Eso es inferiorizarnos, y es racista, aunque no sean consciente porque porque defienden acabar con las desigualdades. No se piensan a sí mismos como racistas. Hay gente que lo entiende, pero muchos siguen delante, cogiendo el micrófono y escribiendo el comunicado oficial.
La foto del cartel de este año es la del mantero fallecido Mame Mbaye, quizás el ejemplo reciente más extremo de ese componente racista de las leyes que denunciáis.
Es el caso más claro y contundente de los últimos tiempos del racismo estructural e institucional. Lo asesinaron las leyes racistas de España, y el que no quiera darse cuenta está siendo racista, porque invisibilizar el racismo también es un acto racista.
Mucha gente sólo ve racismo en el hecho de que la Policía persiga a un mantero, pero pocos se preguntan por qué corre el mantero, por qué corría Mame Mbaye.
Exacto. Corría porque la Ley de Extranjería condena a cientos de miles de compañeros a la manta en un círculo vicioso. Una persona llega aquí y tiene problemas para obtener los papeles. Mientras tanto necesitas comer, sobrevivir, tener un techo. Vendes en la manta porque es lo único que puedes hacer, pero desde la primera vez que un policía te multa por eso, que es delito, nunca más en la vida vas a poder obtener papeles, porque las multas y los antecedentes te inhabilitan para acceder a la regularización. Mame Mbaye no podía pedir permisos porque tenía multas, aunque llevaba aquí más de diez años. ¿La gente puede pensar de verdad que hay personas que quieren estar en la calle, siendo perseguidos por la Policía año tras año? ¿Alguien puede pensar que una persona atraviesa miles de kilómetros, cinco o seis países para llegar a esto? Nadie se la juega en el mar para pasar todas estas penurias.
¿Crees que ha ocurrido lo mismo con la reciente agresión a una persona negra en el Cercanías de Madrid?
Creo que la gente que se queda con la imagen de que unos vigilantes de seguridad sacan por la fuerza a un negro de un tren. Pero pocos se preguntan por qué los vigilantes se sienten legitimados para actuar así. Son prácticas racistas institucionalizadas. No son legales, pero están completamente instaladas. Cuando ves en la calle o en el metro que la Policía para a una persona —casi siempre migrante o española racializada que es vista como migrante— para pedir su identificación, terminas pensando que habrán hecho algo. Si a lo largo de mi vida siempre veo que paran a las mismas personas, termino creyendo, como española y europea, que algo habrán hecho para ser parados. Lo que quizás no sabes es que son controles racistas, supuestamente aleatorios, pero siempre afectan a los mismos y no tienen otro objetivo que saber si se está o no regularizado y, si no lo estás, al CIE.
Los vigilantes de seguridad ejercen esa misma práctica. Sólo por vestir un uniforme, sin siquiera ser policías, se creen que tienen la legitimidad social de acercarse a alguien y pedirle el billete de metro. Qué casualidad que sea la única persona negra del vagón. Eso es racismo.
En vuestras reivindicaciones siempre habéis tenido como aliado al progresismo o la izquierda. Sin embargo eres muy crítica con lo que llamas “izquierda blanca”, ¿cómo explicas esa crítica?
Esa izquierda blanca que se denomina antirracista, ¿qué ha hecho para parar el racismo institucional durante todos estos años? ¿Qué han hecho los partidos de la izquierda? Los CIE se abren en época de Felipe González, las paradas racistas, las muertes en la frontera sur empezaron hace 30 años y siguen ocurriendo. La maquinaria racista institucional sigue existiendo y causando sufrimiento y dolor. Son cuestiones concretas, no es una crítica que lancemos por gusto y al azar.
"Esa izquierda que habla de nosotros y que se denomina antirracista me parece una izquierda hipócrita"
¿Dónde están los proyectos de ley concretos, las llamadas masivas a movilizarse contra la Ley de Extranjería, cuando pasó lo que pasó con los temporeras de la fresa? Poco ha sido el apoyo. La prioridad no está puesta en la lucha antirracista y no digo que tenga que ser la prioridad única, pero es que no está en ninguna de las prioridades de la izquierda, sólo en el discurso. Por eso, esa izquierda que habla de nosotros y que se denomina antirracista me parece una izquierda hipócrita.
¿También haces una crítica similar al feminismo blanco desde el punto de vista del feminismo de las personas racializadas?
Sí y se ha generado mucho debate. Hace tiempo escribí un artículo muy criticado, decían que yo llamaba a boicotear la movilización feminista del 8M. No es cierto, las personas migrantes y racializadas fuimos parte, marchamos ese día en un bloque antirracista. Pero cuestionamos la huelga como herramienta de la lucha feminista simplemente porque nos preguntamos qué mujeres en España estaban en condiciones de hacer esa huelga. ¿La pueden hacer las trabajadoras del hogar, la chica migrante que trabaja sin papeles, la señora migrante que cuida a un anciano? La gran herramienta que se levantó como lucha antimachista era una a la que no podían acceder la mayor parte de las mujeres migrantes que habitan el Estado español. No se entendió y se nos acusó de boicotear, algo que es absurdo.
"A la huelga feminista no podían acceder la mayor parte de las mujeres migrantes que habitan el Estado"
Se quiere que las mujeres migrantes racializadas nos subsumamos en su lucha y dejemos la opresión racial de lado para centrarnos en las opresiones que sólo tienen que ver con la cuestión de género, pero nosotras, en casi todos los casos, sufrimos una mayor opresión por la cuestión étnica o racial que por la de género, y eso es algo que las feministas blancas se niegan a aceptar. No aceptan que, como sujeto oprimido, haya otras mujeres que estén oprimidas por algo que no sea el género.
¿Tiene que ver con esto la diferencia entre la enorme movilización tras la sentencia de 'la manada' y la poca reacción social ante las denuncias de abusos sexuales a las temporeras marroquíes de la fresa?
Es un buen ejemplo para ilustrar lo que nos separa ahora mismo a las feministas migrantes racializdas de las feministas blancas. Creo que enunciamos nuestro discurso desde lugares diferentes. Feministas de todas las edades, partidos, artistas, intelectuales, periodistas... Muchos dieron la cara por el caso de la manada. Sin embargo, cuando las compañeras trabajadoras del hogar y servicios (el 90%, mujeres migrantes) o en el caso de las temporeras de Huelva, fuimos muy pocas las que hemos salido a la calle, pocas las que escuchamos esa convocatoria. Hubo una manifestación de mujeres migrantes en apoyo a las temporeras. Éramos 200 personas como mucho, y nosotras contactamos con la comisión 8M. Vino un grupito, 20 chicas blancas, el resto éramos migrantes racializadas. Es un ejemplo clarísimo de cómo nuestra lucha nunca ha sido asumida por las feministas blancas.
Quizás no sólo por las feministas. ¿No le importan a la sociedad española las mujeres extranjeras?
"¿Cuántas de las que se denominan feministas salieron a la calle en apoyo a las temporeras de la fresa?"
Sí, decía las feministas porque hablábamos del feminismo. En el contexto general, hay vidas que no importan. Las de las personas migrantes en general importan muchísimo menos que las de las personas blancas y europeas. Si fueran unas chicas de Madrid las que hubieran ido juntas a trabajar a Huelva y las hubiesen violado, las calles se habrían llenado de mujeres y hombres. Pensarían que podrían ser sus hijas, hermanas o novias. Como estas mujeres están deshumanizadas, la sociedad no se siente afectada por lo que les pase. Y esto no ocurre sólo con la sociedad en general que no es parte activa de una lucha, sino que pasa con las feministas, personas concienciadas con la lucha y con la opresión que vivimos las mujeres. Y, sin embargo a ellas tampoco les toca o afecta la opresión de esas mujeres en concreto. Esa reflexión deberían hacerla las feministas. ¿Cuántas de las que se autodenominan feministas se enteraron de que había una marcha a favor de las temporeras? ¿Cuántas fueron?¿Cuántas hicieron llamamientos a otras compañeras feministas? Luego que se pregunten por qué a nosotras nos representa su discurso.
¿Cómo se supera esa división?
"La lucha antirracista tiene ser asumida por toda la sociedad pero el liderazgo, por quienes sufren esa opresión"
No pretendemos que se entienda lo contrario. Es importante decir que la lucha antirracista tiene que ser asumida por toda la sociedad y todos los partidos políticos. Lo que decimos es que el liderazgo y la vanguardia tiene que ser asumida por las personas que sufren esa opresión. Si alguien no lo entiende o cree que queremos expulsar a colectivos o personas de la lucha, quiere decir que se centra en su discurso y no hace el ejercicio de escucharnos. No hay que sacar a nadie de la lucha, pero hay personas que tenemos que estar delante, visibilizar el relato, y los demás estarán a nuestro lado.
Como autocrítica, afirmas que vuestro mensaje no llega a todos los que sufren racismo, ¿por qué crees que ocurre?
Quizás porque nos movemos en los mismos círculos de siempre, quizás usamos un lenguaje muy político o muy académico o muy antipático. También debemos empezar a ir a los barrios, donde hay racismo cotidiano y no llegamos. El movimiento antirracista no se puede convertir en un movimiento de élite, de universitarios, gente con formación o solo en simples artículos académicos. Tiene que ser de base y popular, incluyente y socialmente compresible.
La marcha de este año coincide con la mayor cifra de llegadas de migrantes a España en patera. ¿Notas diferencias en la gestión del Gobierno del PP y el del PSOE?
Noto cambios cosméticos, como el Aquarius, el decir que España es un país de acogida y que recibe con fraternidad a esos migrantes. Luego quedan atrás esas portadas y nos queda gente muriendo en las fronteras a diario o personas recluidas en una cárcel por una simple falta administrativa. También hay pinceladas cosméticas, como la reforma sanitaria para la atención sanitaria universal, que no es tan universal como dice el Gobierno. O las trabas o problemas para la reagrupación familiar. Podrían hacer reformas de fondo pero se quedan en lo cosmético, no hay intención de equiparar derechos de las personas migrantes con los de las españolas.
El auge de la extrema derecha que hace bandera del discurso anti inmigración, ¿puede deberse a que dicen lo que mucha gente piensa pero calla?
La pregunta es complicada. No creo que haya más racismo ahora que antes. Hay determinados momentos donde el pensamiento racista está más legitimado para expresarse social y públicamente y cada vez que hay situaciones públicas notorias, como un aumento de personas llegadas por vía irregular, esos discursos racistas de siempre utilizan el miedo a la otredad para conseguir adeptos. En algunos momentos es menos feo que se expresen públicamente. Se toman situaciones coyunturales, se mezclan con cosas que nada tiene que ver y se transforman en discursos que calan en determinados lugares como en Italia o Estados Unidos.
¿Qué deberían hacer, desde tu punto de vista, las formaciones políticas ante este avance de los partidos xenófobos?
La izquierda blanca aborda la cuestión del racismo desde la forma y no desde el fondo: atacan los discursos racistas, cuestionan a los personajes públicos racistas, manifiestan preocupación por el avance del fascismo, pero no hacen nada para terminar en la práctica con las leyes racistas, que son las que dan sustento y legitimidad a ese disrcuso racista. Como militante o votante de izquierdas, me preocuparía por reunir a diputados para, entre todos, levantar un movimiento que derogue la Ley de Extranjería para crear un nuevo marco legal en cuyo debate participen personas migrantes racializadas. Eso sería desde el fondo, no desde la forma.
El otro día leí un tuit de un dirigente de izquierdas muy preocupado por el avance del fascismo y la xenofobia. A ver, el racismo también se da en gobiernos socialdemócratas, en democristianos. Salvini no es el único racista de Europa, el Gobierno de Pedro Sánchez está siendo racista al no hacer nada respeto a la Ley de Extranjería, al permitir que siga habiendo CIEs o que sigan muriendo personas en la frontera sur. Que ponga un tuit en el que felicita a las Fuerzas de Seguridad por una actuación en la que ha muerto un migrante en la valla de Melilla es de un racismo absoluto. Pero como es socialista y no pertenece a un partido fascista parece que no pasa nada.
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