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50 años de Teleférico: ¿sigue siendo un referente turístico de Madrid?

Las cabinas que surcan el cielo de Madrid suspendidas de un cable se han convertido en una estampa habitual del paisaje de Madrid. El Teleférico cumple este año 50 años, pero ¿sigue siendo un atractivo turístico?, ¿es rentable?, ¿podría convertirse en un medio de transporte alternativo?

Cabinas del Teleférico de Madrid.

El Teleférico de Madrid cumple 50 años con una salud de hierro y siendo un referente como punto turístico de la capital. Es una visita obligada tanto para visitantes como para las familias que busquen una alternativa de ocio en la ciudad, con el añadido de que es un medio de transporte sostenible para acceder a la Casa de Campo.

Así de tajantes se muestran los responsables de un sistema de transporte bicable, que tiene una longitud de 2.500 metros y alcanza una altura de 40 metros, y está dotado de 80 cabinas en las que pueden viajar un máximo de seis personas.

Su capacidad máxima es de 1.200 pasajeros por hora, alcanza una velocidad de 3,5 metros por segundo y tarda 11 minutos en realizar el trayecto que se inicia en el paseo de Rosales y culmina en la Casa de Campo.

Fue construido por la empresa suiza Von-Roll, e inaugurado el 26 de junio de 1969. Curiosamente, el Teleférico iba a abrir sus puertas al público en mayo de ese año, coincidiendo con las fiestas de San Isidro, pero la fecha tuvo que posponerse por las quejas de algunos vecinos, que argumentaban que la instalación no respetaba la intimidad de sus hogares.

La imagen del Teleférico está asociada generalmente al ocio y al interés turístico, pero, además de ofrecer unas vistas panorámicas inmejorables, es un medio de transporte rápido y sostenible para llegar al corazón de la Casa de Campo, con lo que se evita un tráfico adicional y los consiguientes problemas de aparcamiento.
En tiempos en los que la lucha contra la contaminación en las grandes urbes se ha convertido en una de las prioridades, y en las que cobran fuerza modelos alternativos de transporte como la bicicleta, el patinete o el segway no resulta gratuito pensar que el Teleférico de Madrid llegara a ser en el futuro una buena opción de transporte urbano.

Experiencias en Medellín y Bergen

Esta posibilidad es ya una realidad en Medellín (Colombia), donde el Metrocable (equivalente al Teleférico madrileño) se ha constituido como un eficaz medio de transporte que atiende las necesidades de los sectores más desfavorecidos de la ciudad.

El Metrocable, que dispone de cuatro líneas de servicio comercial que suman una extensión de casi diez kilómetros, distribuida en 15 estaciones, fue inaugurado en 2004. Su puesta en marcha convirtió a Medellín en una ciudad pionera en el mundo al habilitar un sistema de funicular como medio de transporte público a tiempo completo.

Otra ciudad que sabe mucho de funiculares es Bergen, la puerta de entrada a los fiordos noruegos. En pleno centro de la localidad, a unos 150 metros del muelle de Bryggen y del Mercado de Pescado, se puede tomar el funicular que lleva al monte Floyen (situado a 320 metros del nivel del mar), donde al visitante le espera una impresionante panorámica.

Otro de los atractivos turísticos de Bergen es el teleférico Ulriken643, que alcanza los 643 metros de altura y conduce a la más alta de las siete colinas que rodean la ciudad, la de Ulriken.

Por el momento, pensar que el Teleférico de Madrid pueda constituirse en un modelo alternativo de transporte es una posibilidad muy lejana. Fuentes de la Empresa Municipal de Transporte (EMT), que gestiona desde hace un año el servicio, se muestran muy cautas al respecto.

“Desde su concepción”, precisan, “el Teleférico se construyó como enlace entre el centro de Madrid y la Casa de Campo para atender una oferta de ocio. La EMT gestiona Teleférico desde enero de 2018. Al igual que en otros servicios que gestionamos, el crecimiento y el desarrollo es siempre una oportunidad dentro de un sistema de mejora continua. No obstante, en este caso los criterios que hay que valorar son muy amplios y deben hacerse siempre bajo la óptica de la eficiencia”.

Alta demanda de usuarios

Donde sí se muestran más contundentes los responsables del Teleférico es en la utilidad y rentabilidad de un servicio que cuenta con una alta demanda de usuarios: la media de visitas en días laborables sobrepasa las 800 y en festivos las 1.600. Y todo ello a pesar de que en algunos meses las instalaciones solamente abren los fines de semana y las condiciones meteorológicas no siempre son favorables.

“Creemos”, añaden, “que, en realidad, el atractivo para el Teleférico es la ciudad de Madrid. Madrid tiene un enorme atractivo turístico, con gran oferta gastronómica, de ocio, cultural… Y nosotros ofrecemos poder disfrutar de las mejores vistas de Madrid desde el centro de la ciudad, llegando al corazón de la Casa de Campo, sobrevolando los principales puntos de interés a 40 metros de altura y ofreciendo, en un trayecto de ida y vuelta de 25 minutos, una experiencia única de contemplar y disfrutar de Madrid”.

Desde finales de febrero, el Teleférico permanece cerrado al público para efectuar tareas de mantenimiento acordes con la normativa vigente para este tipo de instalaciones. Una empresa externa adjudicataria se ocupará de desplazar el cable portador, labor que debe efectuarse preventivamente cada diez años, y posteriormente se realizará la inspección técnica anual.

Esas labores, que terminarán a finales de este mes de marzo, no afectarán a los vagones de los pasajeros, que seguirán siendo los mismos. “Las cabinas son del año 1969 y no tenemos previsto sustituirlas. Están en perfecto estado gracias a las labores de mantenimiento y creemos que son parte del atractivo especial que tiene Teleférico de Madrid”, concluyen las mencionadas fuentes.

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