Madrid Calle 30 (MC30) es la infraestructura viaria más importante de la ciudad de Madrid y por ella circulan a diario hasta un millón y medio de vehículos. Pero, ¿cuántos automovilistas conocen las medidas de seguridad de sus túneles y los secretos que esconden las galerías de emergencias?

Esta "ciudad dentro de la ciudad", como la definen sus gestores, suma aproximadamente 110 kilómetros, entre los recorridos en ambos sentidos y los ramales de conexión con otras vías. De ellos, casi 50 kilómetros corresponden a túneles.

Con tal densidad de tráfico y semejante extensión de carreteras parece un milagro que apenas se registren unas 25 incidencias diarias, la mayoría de ellas de carácter menor: alcances leves o vehículos parados en calzada.

A esta apuesta por la seguridad contribuyen de forma determinante las más de 1.600 cámaras de control que no duermen nunca, las salidas de emergencia, una cada 200 metros que se diferencian por el color de la puerta y los teléfonos de socorro repartidos por toda la infraestructura.

Con todo, el elemento estrella de este complejo dispositivo de seguridad, y el más útil para solucionar cualquier problema, es el Sistema de Detección Automática de Incidentes, que, mediante la conexión con las cámaras de seguridad, localiza anomalías en la vía mediante la comparación de imágenes sucesivas y activa a la mayor brevedad el protocolo necesario en cada caso.

Cuando se produce una incidencia en los túneles, el Sistema de Detección Automática de Incidentes –un algoritmo de vídeovigilancia que analiza las imágenes de las 1.614 cámaras instaladas en Calle 30– se acciona.

Activación del sistema

Esta activación del sistema puede ser de dos formas: si detecta una zona en la que no hay desplazamientos alerta al operador. Ocurre lo mismo si el movimiento es contrario al sentido de tráfico o hay movimiento en las aceras. El sistema lanza una alarma al operador y éste, mediante la visualización, comprueba lo que está sucediendo, con lo que se evita que tenga que estar constantemente pendiente de las cámaras para buscar incidentes.

Otra opción es que sea una persona la que llame desde su teléfono móvil a los servicios de emergencia 112, cuyo sistema de comunicaciones está integrado en el Centro de Control de Madrid Calle 30, o que avise desde uno de los postes SOS colocados en los túneles cada 75 metros.

Por otra parte, en lo que se refiere a casos de evacuación, hay dos métodos dependiendo de la profundidad a la que circulan los vehículos. El tramo del bypass –que va desde la avenida del Mediterráneo hasta pasado el Nudo Sur y fue realizado con tuneladora– alcanza cotas de profundidad de hasta 60 metros. En esta zona la evacuación se haría de manera lateral, a través de las galerías de emergencia que hay en los dos túneles, uno por sentido de circulación.
En la zona que circula en paralelo al río Manzanares y en la avenida de Portugal, donde la profundidad no pasa de los 15 o 16 metros, la evacuación es vertical, directamente a la superficie por las escaleras.

Túnel de Sor Ángela de la Cruz. Foto Ayuntamiento de Madrid

Agentes de intervención

En el caso de incidencia en los túneles, los agentes de intervención de Madrid Calle 30 intervienen en primer lugar. Hay cuatro bases en el recorrido: una situada en el mismo Centro de Control de Calle 30 (Méndez Álvaro, 95), otra en el paseo de Extremadura, una tercera frente al Vicente Calderón y la cuarta, en la entrada a la carretera de Valencia.

Posiblemente, todos estos datos y dispositivos de seguridad son desconocidos para la mayor parte de automovilistas que utilizan MC30 para dirigirse a cualquier punto de la ciudad, y que en su día sufrieron las molestias ocasionadas por la construcción de una obra considerada por muchos como "faraónica", y que dejó diezmadas las arcas municipales.

En la actualidad, la percepción que tienen los conductores madrileños de la antigua M-30 es bastante satisfactoria, según refleja la última encuesta de satisfacción realizada en 2016, en la que se disociaba esa opinión del concepto de coste económico de la obra, según explicaron a este diario fuentes del Área de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid.

Madrid Calle 30 se convirtió también en el primer túnel cardioprotegido del mundo, gracias a los desfibriladores externos de los que están provistos los equipos de primera intervención en caso de accidente. Estos aparatos, denominados Desfibriladores Externos Semiautomáticos (DESA), están pensado precisamente para que puedan ser utilizados en casos de emergencia por personal no sanitario.
Dispositivos de estas características se encuentran habitualmente en espacios con una elevada concentración de personas, como aeropuertos, estaciones de tren y metro, polideportivos, hoteles y centros comerciales.

Sociedad de economía mixta

Madrid Calle 30 es una sociedad de economía mixta adscrita al Área de Movilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, que tiene una plantilla de 14 personas que velan por el cumplimiento del contrato de conservación y explotación con la empresa encargada del mismo.

El contrato de conservación suscrito con una empresa privada es de 28 millones de euros. Suele haber, además, una inversión media de unos 6 millones de euros en obras de renovación de estructuras (puentes y pasarelas) o de instalaciones (cámaras, red de transmisión de datos y sistema de detección de incidentes) que vayan adaptando la vía a las nuevas tecnologías o ampliando la vida útil de las estructuras más antiguas.

Además, estos trabajadores se ocupan de la licitación y dirección de obra de las actuaciones de renovación y mejora que se implementan en la infraestructura. En la plantilla hay mayoritariamente ingenieros, así como licenciados en Derecho, en Economía y Empresariales, según las fuentes consultadas por este diario.
Igualmente, MC30 dispone de una flota de 80 vehículos, entre camiones para la atención de incidencias, furgones para la señalización de cortes de carriles y barredoras para la limpieza.