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Solicitantes de asilo, en la calle El Gobierno improvisa dos centros para acoger a solicitantes de asilo ante el colapso del sistema en Madrid

Tras más de una semana con familias con niños durmiendo a la intemperie en la puerta del Samur Social de Madrid por la falta de recursos de acogida, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social habilitará un centro en Cercedilla con 200 plazas y, próximamente, otro en Casa de Campo, para otras 80. Empezarán a funcionar de forma "inminente" tras dos años de colapso.

Una madre, solicitante de asilo colombiana, cena gracias a la ayuda de la Red de Solidad Popular, junto a sus tres hijos menores, en la puerta del Samur Social de Madrid-. JAIRO VARGAS

El Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad ha dado luz verde al alojamiento de temporal de solicitantes de asilo y refugio en dos centros de la Comunidad de Madrid ante el colapso del sistema de acogida que está obligando a numerosas familias, algunas de ellas, con menores y recién nacidos, a pasar la noche en la calle.

La madrugada del martes ha sido la primera en más de una semana en la que ninguna persona ha dormido en las puertas de la sede central de Samur Social de Madrid, donde acuden a pedir una solución habitacional mientras tramitan sus solicitudes de asilo y pueden acceder al sistema. Sin embargo, no todos los solicitantes de asilo han podido encontrar una solución por la vía institucional, algo que no es novedoso. El colapso, al menos en Madrid, lleva alrededor de dos años dejando en una situación más que precaria a las personas que llegan a la capital huyendo de conflictos, persecución y violencia, sobre todo de países como Colombia o Venezuela. De madrugada, el Ayuntamiento envió a unos operarios que se llevaron los colchones y las mantas donde habían estado durmiendo estas familias, aunque sigue sin haber una solución adecuada a las necesidades básicas de los solicitantes de protección internacional.

La mayoría no tiene nada más que lo que cabe en una maleta y pasan el día en el Samur Social, esperando una plaza en un albergue o cualquier solución ante su emergencia. Sólo reciben la ayuda de algunos vecinos de la zona, en el barrio de La Latina, que durante la pasada semana les han ofrecido mantas, café caliente y algo de comida. También han contado con el apoyo de personas migrantes que ya llevan tiempo en España y participan en la redes de solidaridad popular y de acogida. Por su parte, el Ayuntamiento ha ofrecido a varias familias alojamiento en hostales de capital mientras se habilitan los centros improvisados, según explicaron este martes algunos de los afectados en la puerta del Samur.

"No es nuevo, llevamos años acogiendo a estas personas cuando hay colapso"

Ante la situación de calle, la parroquia vallecana de San Carlos Borromeo se ha convertido en el hogar temporal de algunas de estas personas. Según explicó ayer a Público Javier Baeza, el párroco de San Carlos, en sus instalaciones están durmiendo varias familias, ocho adultos y ocho niños pequeños. "No es nuevo, llevamos años acogiendo a estas personas cuando hay colapso. Es muy habitual, sobre todo cuando empieza el frío", afirma. Lo mismo que dijo a este periódico en julio, cuando la falta de recursos para una llegada creciente de refugiados seguía generando problemas.

Tuvo que ser el Ayuntamiento de Madrid, a través de su delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, el que exigiera la pasada semana al Gobierno Central —de quien depende el sistema de acogida de refugiados y solicitantes de asilo— que tomara medidas ante un problema que ya se dejó notar durante la etapa de Manuela Carmena, cuando también se colapsaron varias veces los recursos de acogida de emergencia.

El pasado lunes, técnicos del Ministerio de Trabajo y Migraciones visitaron las instalaciones de siete lugares ofrecidos por el Consistorio de la capital para que el Gobierno habilitara plazas de acogida. El martes, el Ministerio informó de que, por el momento, sólo dos de ellos se encuentran en condiciones para albergar a estas personas de forma temporal y que serán gestionados por la Cruz Roja. “Tras visitar estos espacios, se ha valorado que la Residencia Nuestra Señora de la Paloma, ubicada en Cercedilla, puede entrar en funcionamiento de forma inminente para atender a estas personas", aseguró el Gobierno, que abría también la puerta a habilitar un edificio en la Casa de Campo cuando el Consistorio concluya la habilitación de las instalaciones.

Refugio temporal para menos de 300 personas

Al mismo tiempo, el Ministerio ha encargado un informe técnico para evaluar la viabilidad de dos de los antiguos colegios en Moratalaz y Latina que figuran en la lista enviada por el Consistorio, aunque requieren "una serie de adaptaciones" que serían financiadas por el Ministerio. Serían unas 350 plazas más. "El resto de recursos han sido descartados debido a su estado de deterioro", especificaban fuentes de Trabajo, que esperan que el traslado de solicitantes de asilo al centro de Cercedilla comience este jueves, aunque por el momento no lo pueden confirmar.

Se trata del Centro de Vacaciones Residencia Nuestra Señora de la Paloma, donde podrán acoger a 200 personas. En centro, según su página web,  suele albergar actividades de socioculturales, de ocio y tiempo libre. Una especia de residencia veraniega que cuenta incluso con piscina.

El centro de la Casa de Campo es un pabellón de más de 800 metros cuadrados donde podrían pernoctar poco más de 80 personas, aunque su estado no es el idóneo y necesita mejoras en cerramientos y otros desperfectos, explican desde el Ministerio.

Una vez formalizada la cesión de los espacios por parte del Ayuntamiento, éstos se incorporarán al sistema de acogida de solicitantes de Protección Internacional de la secretaría de Estado de Migraciones, que asumirá en su totalidad la gestión y los gastos derivados de su funcionamiento”.

Aunque saludan la iniciativa, miembros de la Red Solidaria de Acogida, que ha estado apoyando a estas familias durante estos fríos y lluviosos días durmiendo en la calle, consideran que el traslado a Cercedilla supone un aislamiento problemático para los afectados. La mayoría de ellos tiene que realizar en la capital numerosos trámites burocráticos para registrar sus solicitudes de asilo y poder acceder al sistema de protección internacional.

Del mismo modo, critican la escasez de plazas ofrecidas ante un fenómeno que, sólo el año pasado, trajo a Madrid a más de 20.000 personas y que ya suma a alrededor de 35.000 en lo que va de 2019. Según explicó a EFE el área de Familia, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid, esperan que este año lleguen más de 40.000 solicitantes de asilo a la capital, sobre todo, procedentes de Venezuela.

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