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Sexismo El Consejo de Europa recomienda sustituir las expresiones sexistas de leyes o libros de texto

El Comité de Ministros del Consejo de Europa ha hecho públicas una serie de recomendaciones dirigidas a los Estados miembro con el objetivo de prevenir y combatir el sexismo en las esferas pública y privada a través de aspectos como el lenguaje.

Imagen de archivo. | Europa Press

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El Comité de Ministros del Consejo de Europa ha hecho públicas una serie de recomendaciones dirigidas a los Estados miembro con el objetivo de prevenir y combatir el sexismo en las esferas pública y privada a través de aspectos como el lenguaje. Además de consensuar por primera vez una definición de sexismo en un texto internacional, en este documento se insta a eliminar las expresiones sexistas en todos los ámbitos.  

Con el objetivo de crear una Europa "libre de sexismo y sus manifestaciones" se ha elaborado este texto de 17 páginas. En él, se recomienda a los distintos gobiernos a "realizar una revisión sistemática" de todas leyes, reglamentos y políticas para detectar el lenguaje sexista y uso de estereotipos basados en el género "con el fin de sustituirlos por terminología con perspectiva de género".   

Aconsejan evaluar los libros de texto y todo material formativo para evitar el lenguaje y las ilustraciones sexistas en ellos

En un apartado en concreto, se defiende que los Estados miembros tengan como objetivo el fomento de un lenguaje no sexista en todos los sectores. De forma más concreta, aconseja evaluar los libros de texto y todo material formativo para evitar el lenguaje y las ilustraciones sexistas en ellos. Entre otras cosas, según se argumenta, el lenguaje y la comunicación "no deben consagrar la hegemonía del modelo masculino" y, por ello, hay que eliminar expresiones sexistas y utilizar las formas de género neutro.   

El Consejo de Europa ofrece herramientas para introducir cambios de comportamiento y culturales a nivel individual, institucional y estructural. Entre los consejos, se incluyen medidas legislativas, ejecutivas, administrativas, presupuestarias y regulatorias, además de planes, políticas y programas.   

"Se necesitan diferentes herramientas para abordar, por una parte, los sesgos inconscientes y, por otro, el comportamiento sexista deliberado", argumenta. Según precisa el documento, los sesgos inconscientes pueden abordarse por medio de la sensibilización, la formación y la educación, mientras que para eliminar los deliberados y persistentes "han de implementarse medidas más firmes".

Recomendaciones específicas

Las recomendaciones giran entorno a incorporar la perspectiva de igualdad de género en todos los ámbitos. Con este objetivo, recomienda "realizar reformas legislativas que condenen el sexismo y definan y penalicen el discurso de odio sexista"; y "reconocer, fomentar y apoyar" el trabajo de organizaciones de la sociedad civil, en particular ONG de mujeres.   

Asimismo, anima a las entidades públicas a que diseñen y apliquen códigos de conducta o directrices sobre sexismo. También aconseja "indemnizar debidamente a las víctimas de comportamientos sexistas" o considerar "la imposición de sanciones no penales".   

La institución también aconseja financiar investigaciones sobre la incidencia e impacto negativo del sexismo; asignar recursos para financiar campañas de sensibilización sobre la violencia contra mujeres y niñas; "y dotar de financiación a aquellas organizaciones que apoyan a las víctimas". Asimismo, sugiere que se diseñen periódicamente iniciativas de sensibilización, que se designe un día nacional contra el sexismo y así como crear museos para conmemorar la igualdad de género y los derechos de la mujer, entre otras medidas.

Respecto a internet y a las redes sociales, invita a los gobiernos a adoptar medidas legislativas que definan y penalicen los supuestos de discurso de odio sexista y a fomentar procedimientos más proactivos de detección y denuncia. En este punto, también sugiere promover campañas de formación y de sensibilización, en concreto destinadas a concienciar sobre los peligros, oportunidades, derechos y responsabilidades relacionados con el uso de nuevos medios de comunicación.   

También ofrece recomendaciones para que los medios, la publicidad y otros productos y servicios de comunicación no contribuyan al sexismo. A este respecto, se invita a los gobiernos a adoptar una normativa que prohíba el sexismo en los medios y la publicidad; y fomentar la participación igualitaria de mujeres y hombres en puestos de decisión de los medios.   Respecto al sexismo en el lugar de trabajo, se insta a revisar la legislación laboral para prohibirlo, que se incorporen mecanismos de queja y medidas disciplinarias para casos de sexismo, entre otras recomendaciones.   

En el sector de la justicia, aconseja una formación "periódica y adecuada" para los miembros de la carrera judicial sobre igualdad de género

En el sector de la justicia, aconseja una formación "periódica y adecuada" para los miembros de la carrera judicial sobre igualdad de género. También pide que se organicen conferencias públicas y otros eventos para sensibilizar a profesionales del derecho sobre el sexismo y los estereotipos de género en el sistema judicial.   Sobre el sexismo el ámbito cultural y el deporte, anima a las principales figuras de estos sectores a corregir las asunciones sexistas o a denunciar el discurso de odio sexista, y recomienda que se elaboren códigos de conducta para prevenirlo que "deberían incluir medidas disciplinarias".   

En la esfera privada, avisa de que el sexismo en la familia puede contribuir a reforzar los roles estereotipados, la falta de autonomía de la mujer, entre otras cosas. Así, aconseja adoptar medidas relacionadas con la conciliación entre la vida privada y laboral; y organizar campañas para fomentar el reparto igualitario de las tareas domésticas y de cuidado entre mujeres y hombres.

Concepto internacional de sexismo

Tal y como refleja el texto, se entiende por sexismo "cualquier acto, gesto, representación visual, manifestación oral o escrita, práctica o comportamiento, basado en la idea de que una persona o grupo de personas es inferior por razón de su sexo, en el ámbito público o privado, en línea o en la vida real".   

Entre los propósitos de esa persona o grupos está "vulnerar la dignidad intrínseca o los derechos de una persona o grupo de personas"; "provocar daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico o socioeconómico"; "crear un entorno intimidatorio, hostil, degradante, humillante u ofensivo"; "constituir un obstáculo a la autonomía y la plena realización de los derechos humanos"; o "preservar y reforzar los estereotipos de género".   

Asimismo, en el texto se avisa de que existen "determinadas circunstancias" que pueden agravar o aumentar el impacto de los comportamientos sexistas. Éstas se dan cuando las actuaciones o palabras sexistas se inscriben en el marco de una relación jerárquica o de dependencia. "El sexismo es particularmente nocivo cuando la persona que actúa se encuentra en una posición de poder, autoridad o influencia, como en el caso de responsables políticos, personas formadoras de opinión o líderes empresariales", sostiene.

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