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Incendios forestales Los restos forestales de Filomena y las altas temperaturas amenazan con un verano de incendios

Las predicciones estacionales de la Agencia Estatal de Meteorología hablan de verano con temperaturas por encima de la media histórica. Los ecologistas alertan de que un termómetro elevado y el abandono del campo pueden traer un periodo estival marcado por el fuego.

Foto de archivo del incendio registrado en Doñana en 2017.
Foto de archivo del incendio registrado en Doñana en 2017. Jorge Sierra / EFE

Verano es sinónimo de incendio en España. Durante la última década, el número de siniestros ha disminuido un 34%, pero la cantidad de grandes incendios –con un impacto superior a las 500 hectáreas– ha crecido un 12%, según los datos publicados este jueves por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). El riesgo de que todo empiece arder incrementa con la llegada del periodo estival y este 2021 hay una calma tensa en los montes peninsulares, que se enfrentan nuevamente a un periodo de tres meses marcado por temperaturas por encima de la media histórica, según las previsiones realizadas por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), organismo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica.

"Es difícil saber lo que va a suceder a largo plazo", dice a Público Antonio López, técnico del Centro de Coordinación de Información Nacional sobre Incendios Forestales. "De media, tenemos cada año unos 11.000 incendios y se queman en torno a 100.000 hectáreas. ¿Cómo estamos ahora? En lo que vamos de año ya llevamos 25.000 hectáreas afectadas y nos mantenemos dentro de los valores normales de los últimos años, teniendo en cuenta que vamos en un descenso paulatino del número de siniestros", agrega. "La meteorología parece que está siendo favorable y parece que el verano se está retrasando algo si nos referimos a las olas de calor continentales saharianas, que suelen ser determinantes para que haya incendios", expone el funcionario de este organismo público.

Marcelino Núñez, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, llama a la calma pero advierte de que hay un "contexto" que es importante tener en cuenta en relación a las posibilidades de que haya riesgos de incendio este verano.  "En nuestras previsiones estacionales observamos que vamos a tener un verano caluroso, sobre todo del Duero para abajo, con un 50% de probabilidades de que las temperaturas estén por encima de la media histórica", explica, para señalar que es algo que en los últimos veranos se viene dando debido a la coyuntura de crisis climática, la cual está dejando ya temperaturas de récord en otras partes del mundo como EEUU o Canadá. "No es que vayamos a tener temperaturas mucho más cálidas que el anterior, sino que van a estar por encima de la media histórica, que es algo que se viene repitiendo los últimos años", puntualiza.

"El 95% de los incendios se deben a causas humanas"

La zona central de la península se encuentra este año bajo la lupa. La borrasca Filomena marcó el invierno y no sólo dejó inusuales estampas de nieve, también fracturó miles de árboles y ramas que durante un periodo de temperaturas altas como el que se avecina pueden convertirse en una importante fuente de combustión. López advierte que los árboles caídos que no hayan podido ser recogidos durante estos meses no son detonantes de fuego, pero si suponen un riesgo más para la propagación de incendios. "Que haya aumentado el combustible forestal muerto puede agravar la expansión de hipotéticos incendios, pero es importante recalcar que lo que genera el fuego son las personas. Los datos nos dicen que el 95% de los casos se deben a causas humanas", comenta el experto.

"Los combustibles gruesos han podido aumentar si los bosques se han dejado tal cual, y me temo que ha podido ser así en algunos casos", apunta el portavoz de la Aemet. En este punto, con la posibilidad de que los termómetros se eleven durante los próximos meses, el experto llama a la población a incrementar el cuidado. "Hay que tener mucho cuidado. Ante las olas de calor no solo se debe alertar a la gente de que se mantenga hidratada, también hay que llamar a la precaución para evitar incrementar los riesgos de incendios", expone.

El abandono del campo, otro factor de riesgo

"No se trata de inventar paisajes, sino de volver a los anteriores a la despoblación rural"

Desde WWF informan de que no sólo influyen los factores meteorológicos y ponen énfasis de los riesgos que supone el "abandono rural" para que se originen focos. "El 85% del territorio español es rural, pero tan sólo residen en él el 16% de la población", explica Lourdes Hernández, portavoz de la organización conservacionista, que señala que "hay 2 millones de hectáreas agrarias en riesgo de abandono que se suman a las 2,3 millones que ya se abandonaron a principios del siglo XXI" y que suponen un riesgo para incendios".

La superficie forestal de España ha aumentado en las últimas décadas en casi  cuatro millones de hectáreas. Esto, sin embargo, no se ve reflejado en un aumento de bosques sanos, sino en un aumento de zonas silvestres y descuidadas que facilitan la propagación del fuego, explican desde WWF. En ese sentido, Hernández reclama un cambio en el modelo de gestión basado en la repoblación y la recuperación de las actividades económicas que contribuyen a hacer de los montes un mosaico más resistente al fuego. "No se trata de inventar paisajes, sino de volver a los anteriores a la despoblación rural", concluye la portavoz ecologista.

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