Los Mossos d'Esquadra han desalojado este jueves El Kubo y la Ruïna, los dos edificios okupados propiedad de la Sareb en el acomodado barrio de la Bonanova de Barcelona. Tras un largo proceso judicial, la policía catalana ha activado esta mañana la operativa para detener y echar a los okupas de ambos inmuebles, okupados desde 2016 y 2019, respectivamente. Los agentes, no sin dificultades, han conseguido vencer la resistencia del reducido número de personas que estaban en el interior de unos edificios que desde ahora han pasado a ser solamente un icono más del movimiento okupa de Barcelona.

La operativa ha arrancado a las seis de la mañana con un despliegue de furgones y efectivos superior al que se necesitó durante las manifestaciones del mes de mayo, dos semanas antes de las elecciones municipales catalanas. En ese momento, la derecha españolista instrumentalizó la okupación de ambos edificios para desacreditar a la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y para pescar votos de cara al 28-M.

La primera orden judicial se obtuvo en el mes de marzo, pero los Mossos han esperado a la segunda para llevar a cabo el desalojo de ambos edificios, conectados subterráneamente.

Los Mossos han intentado acceder a El Kubo y la Ruïna reiteradamente, pero se han visto obligados a retroceder en diversas ocasiones para protegerse de los petardos, extintores, pintura o botellas que lanzaban desde el interior de los inmuebles. La policía ha emitido un aviso por megáfono previo para que desalojaran voluntariamente los edificios, pero ante la negativa de los okupas, se han visto obligados a utilizar una jaula para protegerse mientras desmantelaban la fortificación que les impedía entrar.

La prensa ha estado presente desde primera hora, informando de cada movimiento en el recinto perimetrado por los Mossos y de la manifestación que ha comenzado en Vallcarca y que se ha desplazado hasta la Bonanova para dar apoyo a los okupas. El centenar de personas que se han movilizado se ha dispersado sin la necesidad de que la policía interviniera.

El desarrollo del desalojo

A las ocho de la mañana han conseguido abrir la puerta del recinto de La Ruïna que estaba protegida con vallas y otros objetos pesados con la ayuda de una radial. Los okupas se han defendido con pirotecnia, pero los Mossos han accedido primero al patio de La Ruïna y después a la planta baja de El Kubo. En este segundo edificio había una persona colgada con un arnés en la fachada al lado de una gran pancarta que rezaba: "Vuestro lujo es nuestra miseria. Nuestras kasas son trinxera. ACAB".

En un ambiente de calma tensa, pasadas las nueve de la mañana los Mossos han conseguido subir hasta la azotea de El Kubo donde han detenido a múltiples okupas. Uno de ellos ondeaba una bandera negra. Poco a poco los efectivos se han abierto paso y han indentificado al resto de personas que persistían atrincherados en el interior de los edificios. El dispositivo policial ha contado con la Brigada Móvil (Brimo) y ARRO, así como las unidades especializadas del cuerpo.

A pesar de que durante varias jornadas el barrio fue epicentro de fuertes tensiones, el desalojo se ha llevado a cabo sin exceso de altercados ante la atenta mirada de los vecinos. Los comercios cercanos han podido abrir con normalidad y se ha permitido el paso de vehículos por el amplio Paseo de la Bonanova. Pocos minutos antes de las once, los Mossos continuaban identificando a los okupas y la operación seguía su curso. Se prevén movilizaciones este jueves por la tarde en respuesta al desalojo.