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La COP28 aprueba poner en marcha el nuevo fondo de pérdidas y daños para los países más vulnerables

Cualquiera podrá aportar dinero al mecanismo, del que se espera que llegue a contar con 100.000 millones de dólares anuales.

Foto de familia de los líderes que participan en la COP28 de Dubái, a 1 de diciembre de 2023.
Foto de familia de los líderes que participan en la COP28 de Dubái, a 1 de diciembre de 2023. Amr Alfiky / Reuters

El arranque de la COP28 en Dubái ya supone un "día histórico" en palabras de los especialistas en diplomacia climática. En su primera jornada ya se han decidido las condiciones para poner en marcha el fondo de pérdidas y daños que los países acordaron crear en noviembre de 2022.

"Es un día verdaderamente histórico y remarcable", señaló ante un grupo de periodistas el enviado especial del clima de Barbados, Avinash Persaud, uno de los negociadores del Comité de Transición del fondo de pérdidas y daños en representación de los países en desarrollo.

Persaud aseveró que las condiciones del fondo las han fijado desde el Comité, y que ahora el Banco Mundial, elegido para alojar de manera provisional este mecanismo, deberá atenerse a ellas. Si en cuatro años demuestra funcionar bien, seguirá acogiéndolo.

El economista destacó asimismo el papel del sector privado para contribuir a este mecanismo a través de "fuentes innovadoras" de financiación como, por ejemplo, un impuesto al carbono para las exportaciones, la industria marítima o para la aviación internacional, diseñado de manera que sea "justa" para todos.

En este punto, cualquiera puede aportar dinero al fondo de pérdidas y daños, que se espera llegue a contar con 100.000 millones de dólares anuales. De momento, varios países (Emiratos Árabes Unidos, EEUU, el Reino Unido, Alemania, Japón y la Unión Europea) ya se han comprometido a contribuir.

Los detalles del nuevo mecanismo

El fondo de daños y pérdidas es un mecanismo de financiación ideado para proporcionar recursos "nuevos y adicionales" –más allá de los otros fondos ya enmarcados en la Convención de la ONU sobre crisis climática, así como de las partidas destinadas a la cooperación internacional–.

De acuerdo a un análisis realizado por Marta Montojo en una información para EFE, las ayudas serán movilizadas hacia los países en desarrollo, cuyo impacto por las consecuencias de la crisis climática es mucho mayor. Un fenómeno al que, por otro lado, apenas han contribuido.

En la cumbre del clima de Sharm el Sheij, celebrada en la ciudad egipcia en noviembre de 2022, los países del Sur Global lograron lo que calificaron de "victoria histórica": las partes reunidas en la COP27 decidieron a última hora crear este fondo, pero a lo largo de 2023 se han negociado los detalles. Entre ellos el cómo y dónde sería alojado, quién debería contribuir o quién podrá recibir, entre otros.

Sin embargo, no ha sido hasta la COP28 cuando finalmente se ha adoptado la decisión formal que recoge las sugerencias del Comité de Transición y que pone en marcha el mecanismo, que además ya cuenta con cerca de 400 millones de dólares pero se espera que cada año llegue a contar con al menos 100.000 millones de dólares.

El Banco Mundial acogerá el fondo

El Comité de Transición ha señalado que una prioridad para los países más vulnerables a la emergencia climática era la "agilidad". Es decir, que el fondo sea activado cuanto antes para que los pagos –en forma de subvención y no de préstamo– empiecen a fluir hacia estas regiones más impactadas.

El Banco Mundial alojará el mecanismo durante al menos cuatro años

En qué institución se alojaría el fondo había sido una cuestión polémica entre los miembros del comité. Finalmente decidieron que, de manera provisional –durante al menos los próximos cuatro años–, el Banco Mundial se ocuparía de acoger el mecanismo, si la entidad acepta las condiciones acordadas en la COP28.

El Banco Mundial tiene así luz verde para operacionalizar el fondo, pero tendrá que garantizar que la junta directiva es autónoma, ya que es quien deliberará si un determinado país afectado por la crisis climática –por ejemplo, mediante acontecimientos meteorológicos extremos como grandes inundaciones o sequías– recibe dinero o no.

Los contribuyentes

En principio las contribuciones son voluntarias. Si bien están llamados a colaborar los países desarrollados –clasificados así en el Anexo I de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático–, puede aportar quien lo considere, incluido el sector privado, mediante "fuentes innovadoras" de financiación, como pueden ser los impuestos al carbono, la filantropía o a través de pagos de empresas contaminantes.

Minutos después de adoptarse la decisión de activar el fondo, Emiratos Árabes Unidos y Alemania se comprometieron a aportar, cada uno, 100 millones de dólares; mientras que el Reino Unido dijo que contribuirá con 40 millones de libras. Estados Unidos y Japón aportarán 17,5 y 10 millones de dólares, respectivamente.

Precisamente, estas contribuciones van en paralelo con su papel en la crisis climática, ya que estos países son los que más emisiones de dióxido de carbono producen.

La Unión Europea, haciendo un recuento de los compromisos de sus estados miembro, dijo que aportaría al menos 225 millones, pero se espera que la cifra sea mayor tras los discursos de los líderes políticos.

Los países que recibirán las ayudas

El fondo está pensado para ayudar a asumir los costes de impactos climáticos en aquellos países en desarrollo y "particularmente vulnerables" a los efectos del calentamiento global.

En principio, según lo adoptado, China (que ronda el 30% de todas las emisiones mundiales), estaría incluida en la categoría de países en desarrollo. Por tanto, formalmente, podría optar a beneficiarse del fondo, si bien la última decisión de si recibe o no ayuda será tomada por la junta directiva del fondo.

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