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Diada La primera Diada con independentistas presos

Los principales actos del soberanismo para este 11 de septiembre, el primero tras la aplicación del 155 se centran en la reivindicación en favor de la libertad de los encarcelados, con la gran manifestación de la ANC y Òmnium llamando a "hacer la República". Los nueve presos y presas independentistas y las siete personas que viven fuera de España firman un escrito conjunto para destacar la excepcionalidad de este once de septiembre, reclamar su absolución y advertir que cualquier propuesta que pueda hacer el Gobierno central ha de "respetar la voluntad mayoritaria del pueblo de Catalunya".

Aspecte d'una part de la manifestació de la Diada del 2017 / EFE

Llega una nueva Diada acompañada de la máxima expectación y con el clima político cargado. En esta ocasión, por ser la primera tras el referéndum de autodeterminación del 1-O y la declaración de independencia simbólica, del 27-O, tras la aplicación del 155 y –sobre todo–, con dirigentes soberanistas presos y viviendo desplazados por Europa por esos hechos. Los encarcelados y quienes viven fuera de España, de hecho, serán el leitmotiv principal de la mayor parte de actos convocados, uniendo a todo el independentismo pese a sus diferencias ideológicas –dividido entre quienes reclaman implementar ya la república y quienes prefieren aumentar los apoyos antes de dar cualquier paso unilateral–. Pero no al conjunto del soberanismo, con los Comuns desmarcándose un año más del plato principal: la gran manifestación del 11-S.

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Para este año, los organizadores de la ya tradicional manifestación independentista de la jornada, la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, han elegido la Diagonal de Barcelona, amplia y agradecida para las fotos en altura, con la intención de volver a protagonizar, por séptimo año consecutivo, poderosas imágenes de una masiva movilización. En esta línea, y como en otras ocasiones, se insta a los participantes a ataviarse con un mismo color, esta vez el coral, el mismo de las bridas de las urnas del 1-O, y también se ha preparado una camiseta para la ocasión. Los organizadores también invitan a los manifestantes a llevar pancartas con lemas de libre elección, porque "este año, el protagonista será tu voz", según el material promocional de la protesta.

También como otros años, la concentración arrancará a la muy simbólica hora de las 17:14 –aludiendo a la fecha de 1714–, y, como novedad, este año empezará con los manifestantes en silencio y con sus pancartas ocultas. Un silencio que se irá rompiendo por tramos, formando una "ola" reivindicativa. Según datos hechos públicos por los organizadores este domingo, la cifra de inscripciones a la manifestación supera ya las 400.000.

La manifestación de este año lleva por lema Fem la República Catalana [Hagamos la República Catalana], apostando claramente por la vía exprés que reivindica parte del independentismo, singularmente el que se articula en torno a la Crida per la República que impulsa Carles Puigdemont y la dirección de la ANC, además de la CUP. Diferente visión se tiene desde ERC, que desde el 21D dio un giro a su estrategia y prefiere ahora aparcar las vías unilaterales hasta ampliar la base independentista, interpretando que el 47% obtenido en los comicios por la suma del independentismo no es aun suficiente.

Esta estrategia pasa en parte por sumar a soberanistas no necesariamente independentistas, como los del ámbito de los Comuns. Estos, no obstante, estarán ausentes de la manifestación de la ANC y Ómnium, a la cual no enviarán representantes, y se ceñirán a un perfil bajo, enviando solo una delegación a los actos institucionales, y celebrando un homenaje a Salvador Allende, a las 10:30 de la mañana del día 11. A diferencia de otros años, no organizarán ningún acto propio con pretensiones de contraprogramar la manifestación, y su máxima líder en estos momentos, Ada Colau, no está anunciada para ninguno de los actos.

Llamamiento de Puigdemont y los presos independentistas

"El escenario de represión prolongada y el recuerdo del 1 de octubre hacen absolutamente excepcional este once de septiembre. Tenemos la convicción de que, lejos de la voluntad de quienes querrían que desistiéramos, el próximo martes viviremos de nuevo una jornada de reivindicación, dignidad y autoestima colectiva, unidos en la pluralidad, como siempre hemos hecho en las grandes movilizaciones de país". Los nueve dirigentes independentistas en prisión y los siete políticos que viven desplazados/as por Europa han encabezado de este modo un artículo que este lunes publican cuatro rotativos catalanes.

Dolors Balsa, Carme Forcadell, Jordi Cuixart, Jordi Sànchez, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Marta Rovira, Anna Gabriel, Meritxell Serret, Clara Ponsatí, Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Raül Romeva, Toni Comín y Lluís Puig hacen un llamamiento a "llenar una vez más las calles de Barcelona en un ejercicio de determinación pacífica y transversal", en un escrito titulado con la reclamación de Libertad, justicia y democracia y con la reivindicación de la República Catalana.

Afirman sentirse "herederos de los luchadores antifranquistas y del legado del conjunto del catalanismo, el sobiranisme y el independentismo, que siempre ha trabajado para enriquecer el imaginario colectivo de país, desde la empatía y sin pedir renuncias a nadie ni de sus orígenes, ni de su lengua ni de su identidad".

Recuerdan la "respuesta unitaria" que se dio en manifestaciones contra "la sentencia del recorte del Estatuto, o el 'No a la guerra', la defensa del territorio, el clamor unánime de 'Queremos acoger' y el rechazo al terrorismo. Y, de una manera especial, ante la violencia desatada de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, durante la celebración del referéndum de autodeterminación".

Argumentan la reivindicación de 'libertad', porque consideran que "su retroceso es hoy muy visible al estado español", tanto en la legislación como en "la acción politizada y no ajustada a derecho de algunos responsables de los cuerpos policiales, de la fiscalía y de los mismos tribunales".

Piden 'justicia', porque consideran que "no hay delito" en su actuación, que Europa lo ha dictaminado "de manera meridianament clara", señalan que "algunos miembros de la justicia española se obsesionan en una cruzada descontrolada" y afirman que la absolución es la única respuesta que esperan.

Reivindican 'democracia' y "un diálogo que tiene que ser sincero, honesto, abierto, sin límites, donde se pueda hablar de todo en el marco de la convivencia y el respeto mutuo". Afirman que no descartan nada "siempre que sea pacífico y democrático", pero advierten que "cualquier propuesta del gobierno de Pedro Sánchez ha de respetar la voluntad mayoritaria del pueblo de Catalunya".

La República, aseguran, representa la "concreción de tantas voluntades expresadas a la calle y las urnas a favor de los derechos y las libertades, que nos conectan con un mundo más justo, más sensible y tolerante".

Y concluyen con un llamamiento a "sindicatos, patronales, colegios profesionales, entidades del tercer sector y al conjunto de la sociedad catalana porque se impliquen en la defensa de los derechos y las libertades universales. Aquellos que nos tuvimos que ganar desde las calles, desafiando el régimen franquista, que hicieron crecer barrios y contribuyeron al progreso económico y que hemos reivindicado sin miedo cada vez que la injusticia ha aparecido en algún rincón de mundo".

El acto institucional, por los encarcelados

Como también viene siendo tradicional en los últimos años, el acto institucional que organizan el Govern i el Parlament se celebrará el día 10 –dejando así el protagonismo de la Diada a la manifestación independentista–. Este año, el eje principal versará sobre los presos, ausentes y la vulneración de derechos fundamentales. Ya desde el cartel promocional –muy criticado por la oposición españolista–, que presenta las cuatro barras de la senyera ocultadas con cinta aislante.

El acto este año tendrá forma de "marcha de luz", desde el Parlament, donde arrancará a las 20:30h, hasta el Palau de la Generalitat, con los presidentes de ambas instituciones, Roger Torrent i Quim Torra al frente, con la idea simbólica de "llevar la luz a la sede del Gobierno de Catalunya", meses después de que esta "haya estado en una oscuridad y parálisis impuestas por la aplicación del artículo 155".

El Govern ha dejado claro que el acto pretende "rendir homenaje y apoyar a los presos políticos y exiliados", en esta situación por "haber posibilitado el ejercicio del derecho a la libertad que tienen los pueblos".

También casi institucionales son las ofrendas florales ante el monumento a Rafael de Casanova, que partidos y entidades de todo tipo realizan a lo largo de la mañana del día 11. Este año, las ofrendas están en parte en el punto de mira, por ser el punto donde es más factible que se puedan producir enfrentamientos verbales entre diversos grupos. Especialmente, después de un verano caracterizado por la polémica de los lazos amarillos y el uso del espacio público.

También el día 11 habrá otras manifestaciones soberanistas, las que protagoniza la izquierda independentista –incluyendo a la CUP–, que se ha desligado en parte de JxC y ERC, al considerar que el Govern no está dispuesto a "plantar cara" para implementar la república. Estas marchas, en Barcelona y descentralizadas por el territorio catalán, no obstante, no coincidirán a la misma hora de la gran manifestación de la ANC y Ómnium, a cuya cabecera la CUP también enviará representantes,

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