Opinión · Carta con respuesta
El abrelatas
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Cada verano mi familia y yo viajamos por España y nos las vemos y deseamos para encontrar disponibles en Internet horarios de misas de los pueblos que vamos a recorrer, mejor dicho, no existen, a la vez que aparecen informaciones irrelevantes que nada tienen que ver con los Sacramentos. A esto se añade el agravante de que muchas parroquias están casi siempre cerradas con dicho horario colocado de puertas adentro. Me parece que las diócesis correspondientes de la Iglesia católica tendrían que tomarse en serio lo de las nuevas tecnologías y de paso a sus fieles, dejando más tiempo las puertas abiertas de los lugares de culto para poder obtener con antelación la información suficiente y cumplir así con el precepto dominical.
CLARA JIMÉNEZ MURCIA
Tiene usted toda la razón: por lo que yo sé, Internet está repleto de “informaciones irrelevantes que nada tienen que ver con los sacramentos”. De hecho, a ojo de no tan mal cubero, calculo que el 98% de la información (miles de metros cúbicos) que circula por la red nada tiene que ver con los sacramentos. En cuanto al desinterés eclesiástico por las nuevas tecnologías, no pierda la esperanza: la Iglesia va lenta, pero segura.
De hecho, en general, no ya sólo sobre misas, ¿hay información en Internet? Parece obvio que la respuesta es sí, ¿verdad? Pues yo no estoy tan seguro. ¿Hay alimento en una pepita de sandía? Parece que no, pero lo cierto es que lo hay, para el que sepa cultivarlo y obtener la fruta. Al que sólo se le ocurra comerse las pepitas de sandía dudo yo que engorde mucho. En la selva tropical, ¿se puede uno alimentar? Imagino que, si ese uno es un aventurero como Miguel de la Quadra-Salcedo, no tendrá ningún problema en conseguir una dieta equilibrada de nutritivos insectos y matorrales. Si ese uno soy yo, moriría de hambre o envenenado, lo que salga primero. Con los libros, ídem de lienzo. En mi propia familia, por ejemplo, hay tipos a los que ya les puedes administrar todo Wittgenstein, que no les hará el más mínimo efecto, como si estuvieran vacunados.
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Toda transmisión de información es un proceso de cifrado y descifrado. Como usted sabe (o no), entre la invención de la lata de conservas y la del abrelatas transcurrieron más de cincuenta años. Las abrían con martillos, navajas y hasta con bayonetas (los soldados). Hubo que lamentar heridas, amputaciones de pulgares, dedos rotos, etc. ¿De qué sirve llenar de comida una lata si no tenemos abrelatas? ¿De qué nos sirve toda esa información que dicen que hay en Internet, si no sabemos ni partir la cáscara? ¿Internet? Sí, por supuesto, pero con abrelatas: escuela pública obligatoria e igual para todos. No hay mejor abrelatas que un buen bachillerato.
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