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Cada maratón es una historia de superación

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Es el segundo año que Cristian afronta una maratón. Para este pequeño de tan solo 14 años su espasticidad espástica no es ninguna barrera. Ellos son sus piernas. Para María correr ya era una pasión y ahora no la concibe sin ir de la mano de su hija Casilda. Con sus carros de fuego, estos héroes han vuelto a volar sobre el asfalto de Sevilla y es que no hay enfermedad ni síndrome que los detenga. 

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